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viernes, 4 de diciembre de 2015

La voz dormida: revisitando lugares comunes


Hay un estereotipo que muchos españoles repiten sin cesar cada vez que se les pregunta sobre el cine producido en nuestro país: las películas españolas sólo tratan sobre la guerra civil, o son comedias con abundancia de desnudos femeninos, o son dramas sobre yonkis, prostitutas y homosexuales. Un repaso a la producción nacional, sobre todo a lo largo de los últimos años, desmonta rápidamente este estereotipo y demuestra que nuestro cine es rico en variedad de géneros e historias. Pero la historia de España está intrínsecamente ligada a ese duro período histórico que fue la Guerra Civil y la postguerra y no podemos ni debemos evitar asomarnos a esa época que nos sigue marcando un poco cómo somos hoy en día.

La voz dormida es el último film del poco prolífico director de Lebrija, Benito Zambrano. Un acercamiento a una de las obras cumbres de la tristemente fallecida escritora Dulce Chacón, un alegato en pos de la lucha y los derechos de las mujeres que sufrieron en las cárceles españolas durante los primeros años del franquismo. La historia es dura a la par que sencilla, Hortensia es la esposa de un miliciano huido que está cumpliendo pena en una cárcel de mujeres por sus ideales republicanos. Hortensia está embarazada y su hermana Pepita hará todo lo posible porque ella y su futuro sobrino consigan salir libres.

He de reconocer que desconozco la obra original de Chacón, aunque admito que he oído muy buenos comentarios acerca de ella y de cómo implica emocionalmente al lector. Benito Zambrano nos presenta una película llena de lugares y situaciones comunes que decide no arriesgar a contar nada nuevo. La historia que nos cuenta es algo muy dramático y seguramente que no habrán sido poco los casos en los que mujeres encarceladas y familiares se hayan enfrentado a algo así. El problema de esta película es que se queda en la superficie, no muestra ni de una manera dura todo el sufrimiento de Hortensia o de Pepita, ni ahonda con mayor profundidad en la psicología de ellas, ni trata de dar un nuevo enfoque o giro a la historia que aporte algo nuevo.

La producción de la película raya a gran altura, con unos escenarios convincentes y unas interpretaciones excelentes en su dúo protagonista, pero que decaen notablemente si nos fijamos en los secundarios masculinos que pueblan el relato. Es una lástima puesto que tanto la factura interpretativa como el nivel de producción permitirían haber entregado un producto con una entidad mucho mayor en lugar de la historia de peregrinaje de Pepita clamando ayuda por su hermana Hortensia.



La voz dormida es una película efectiva y efectista, un drama que a buen seguro arrancará la lágrima a más de uno pero que se desvanecerá rápidamente en el recuerdo junto a otros tantos dramas sobre la Guerra Civil que también prefirieron quedarse en los lugares y personajes comunes (el miliciano escondido, el contrabando a pequeña escala, la Iglesia como órgano represor, los militares franquistas, los republicanos como adalides de la libertad…= en lugar de tratar de dar una visión más profunda, tridimensional, incómoda y completa sobre un hecho histórico que sigue marcando a fuego nuestra historia contemporánea.

sábado, 11 de enero de 2014

'Viaje a la prehistoria': La aventura que todo niño querría vivir


Recuerdo cuando tenía apenas 6 o 7 años y mi padre me llevó al cine a ver una película que cambió por completo mi infancia. Todo comenzaba con los protagonistas siendo invitados a una remota isla para dar el visto bueno al proyecto que en ella se estaba realizando y que las aseguradoras se hiciesen cargo de él para así poder abrirlo al público en un futuro. Nunca olvidaré aquella primera vez en la que contemplé por primera vez a aquel braquiosaurio alimentándose de la copa de un árbol mientras John Hammond entonaba aquel mítico “Bienvenidos a Jurassic Park”.

Jurassic Park fue sin duda una revelación para mí que con aquella tierna edad me di cuenta de que la magia del cine podía hacer cualquier cosa, incluso resucitar a aquellos magníficos seres desaparecidos hace millones de años. Pero el film de Spielberg no dejaba de ser una excelente aventura que tomaba a los dinosaurios como excusa para contarnos una frenética historia de supervivencia del hombre frente a una naturaleza desbocada que él ha intentado controlar.

Los dinosaurios en el cine no ha sido algo que haya inventado el director de Indiana Jones o ET, desde el primer King Kong hasta a las películas de serie B como Hace un millón de años, los reptiles gigantes han formado parte del imaginario cinematográfico con dudosa rigurosidad científica. Sin embargo, fue en el año 1955 cuando en la entonces Checoslovaquia el maestro Karel Zeman se propuso crear una película didáctica sobre el pasado de nuestro hogar, la Tierra.

Cesta do pravěku (Viaje a la prehistoria) es el título de la película que maravilló a varias generaciones en Centroeuropa. En ella un grupo de 4 jóvenes realizan un viaje en barco por un río que les lleva hacia atrás en el tiempo descubriendo lugares y especies maravillosas. La historia no puede ser más sencilla y sirve en bandeja una rápida lección sobre geología terrestre puesto que va aportando entretenidos y científicamente exactos datos acerca de las edades de la tierra puesto que no se cae en la tentación de mezclar especies y épocas geológicas.

El hecho de ver este desfile de paisajes, plantas y especies a través de los ojos de unos niños no hace más que aumentar el sentido de la maravilla, un hecho al que ayuda enormemente los encantadores trucajes del maestro Zeman (uno de los grandes artesanos de la fantasía en el cine, a la altura de Harryhausen o Meliés) gracias a los que cobran vida las espectaculares criaturas prehistóricas.

Es posible que el espectador de hoy en día, acostumbrado a historias mucho más elaboradas eche en falta muchas cosas. La trama apenas contiene conflictos (la destrucción de la barca, la búsqueda de uno de los niños del grupo, la pelea entre el stegosaurus y el tiranosaurio y poco más) pero es esa determinación presente en el propio grupo de tomarse ese viaje como una expedición científica en la que no deben interferir en el curso de los acontencimientos de la historia de la Tierra dónde la película encuentra su mayor virtud.

Viaje a la prehistoria es un clásico a descubrir. Una película cuya vigencia se sigue manteniendo hoy en día y un precioso vehículo para enseñar a los pequeños y no tan pequeños cómo ha sido la evolución de nuestro planeta desde el origen de los tiempos hasta el día de hoy.


PD: Un pequeño fragmento de la película subtitulado en español: El encuentro de los cuatro pequeño aventureros con un mamuth. 

viernes, 27 de diciembre de 2013

[Crítica ] El Hobbit: La desolación de Smaug


Es curioso como es tradición que cada Navidad haya un estreno gordo en los cines. Una película presupuestada en cientos de millones de dólares, con lo último en tecnología y que además suele ser la adaptación de una conocida obra literaria (ya sea El señor de los Anillos, Harry Potter, Soy Leyenda o las Crónicas de Narnia por poner ejemplos de los últimos diez años). Estas películas se me recuerdan un poco a las típicas comidas de Navidad, esos encuentros familiares o entre amigos a los que hay que ir porque manda la tradición. Y es que, al igual que tenemos que ir a esos banquetes, la mayoría de la gente va al cine en estas fechas por tradición.

Enfrentarse a las películas de El Hobbit se me antoja como uno de los casos más claros de banquetes cinéfilos en toda la historia del cine. Esta segunda parte es una película que, sin duda, arrastrará a hordas de personas al cine más cercano para vivir lo que deberían ser unas sencillas y simpáticas aventurillas fantásticas de un grupo de enanos. Pero no, Peter Jackson, dueño y señor de la Tierra Media decidió hipertrofiar la historia y crear algo mucho más grande, costoso y lujoso.

La experiencia de ver El Hobbit es exactamente igual a la experiencia de enfrentarse a una opípara cena de nochebuena en una gran familia. Primero, la mesa se viste con los últimos grandes lujos; cubertería de plata, candelabros con velas de colores, servilletas rojas de tres capas y con motivos navideños, copas de cristal fácilmente rompible y platos y bajoplatos cuadrados (¡son la última moda!) en un desfile de utensilios para comer que solo se produce esa noche del año). Todo es muy bonito, de factura impecable como lo son la fotografía y los efectos especiales de la película. Pero es cuando comienza el desfile de comida delante de un servidor cuando nos damos cuenta del derroche que se produce en ese día: al principio comienzan a pasar bandejas de surtidos ibéricos, deliciosos en su mayoría, para luego pasar a esos canapés rancios que prepara el cuñado y que se basan en cortar el pan de molde en cuadraditos y colocar un poco de mayonesa, una rodaja de huevo cocido y una anchoa pinchada con un palillo. Como es el principio de la cena, uno arrambla con todo y devora con emoción todo lo que tiene delante. Luego viene el platito de jamón con sus picos, las gambitas y la tabla de quesos variados y seguimos sin hacerles asco a nada, llenando nuestro estómago con esos picos que no saben a nada pero que nos los comemos porque es lo mejor que se puede tomar enrollándole una lonchita de jamón alrededor. Luego aparecerán los huevos rellenos de tu abuela, que nunca deben faltar, y esos experimentos con la túrmix de tu prima: unas tostaditas con algo de color marrón por encima que parece paté y, por norma general, suele llevar mejillones. No te convence pero tienes que probar de ello también. Pero es ahora, cuando ya comienzas a estar lleno, cuando llega la verdadera bomba en forma de los platos estrella que tu madre, tu abuela y tus tías han preparado. Aquí te encuentras con sorpresas de todo tipo: desde unas salchichas al vino riquísimas hasta un pavo al horno reseco de esos que se te quedan pegado al esófago, pasando por esos pimientos rellenos de carne cubiertos con bechamel. Aquí tu estómago ya dice- ¡basta! ¡no puedo más!- pero tienes que comer por cojones, porque tu tía, tu madre y tu abuela te están mirando y sabes que si no devoras como si no hubiese mañana ese plato que te han puesto delante y que podría alimentar a tres tribus de Burkina Faso, renegarán de ti como miembro de la familia y estarás condenado al destierro.

Bien amigos, pues ver las películas de El Hobbit de teja con esa misma sensación. La sensación de estar demasiado lleno, de que sobra demasiado y de que con la mitad todo habría sido mucho más ligero y cómodo. Es cierto que tanto sobre la mesa de la cena de Navidad como en las películas dirigidas por Peter Jackson hay algunos platos que son auténticas delicatesen de primer nivel. Bocados deliciosos que quedan empañados por la sobreabundancia que ya te han llenado.

Cada año recibimos con mayor o menor ilusión la llegada de esa cena y cada año al día siguiente, con la pesadez en el estómago y comentando el descomunal paseo de comida por nuestros estómagos nos decimos a nosotros mismos “que nos quiten lo bailao”.

A Peter Jackson aún le queda por servir el postre. El colofón final al banquete y que esperamos que sea una digestiva mousse de limón acompañada de un rico licor digestivo que nos ayude a bajar la pesada carga que se aloja en nuestras barrigas en lugar del típico y pesado postre hecho con restos de turrón de años pasados. 


miércoles, 30 de noviembre de 2011

Un método peligroso


El padre, el discípulo y la primera mujer psicoanalista forman el triángulo de relaciones cruzadas de la última película de un David Cronemberg que parece haber dejado definitivamente atrás la visceralidad de sus primeras películas para lanzarle al espectador una historia sobre comportamientos turbados directamente a la cara. Pero, eso sí, de la forma más clásica y elegante.

Un método peligroso es una película seca. No es la biografía de ninguno de los tres personajes mencionados anterioremente. Basada en la obra de teatro The talking cure de Christopher Hampton, la película es un ensayo didáctico sobre la relación entre los pioneros del psicoanálisis, sobre cómo Carl Gustav Jung (Michael Fassbender) aplica con enorme éxito las teorías del psicoanálisis sobre una paciente, Sabrina Spiegelman (Keira Knightley). A raíz de este caso, Jung iniciará una relación profesional con el mismísimo padre del psicoanálisis, Sigmund Froid (Viggo Mortensen). Pero esta relación se verá trastocada cuando Jung recibe a un inesperado paciente, el doctor Otto Gross (Vincent Cassel). Éste con sus ideas sobre la liberación sexual incita a Jung a que deje de reprimir sus deseos sexuales más oscuros frente a Sabrina, lo que desestabilizará su familia, su amistad con Freud y le provocará un comportamiento enfermizo con su paciente y después psiquiatra.

jueves, 8 de septiembre de 2011

Cowboys & Aliens: objetivo cumplido


Una de las superproducciones del verano. La película que ha juntado al actor que interpreta al agente secreto más famoso del mundo con el actor que ha interpretado al arqueólogo, al conductor de naves interestelares y al detective en busca de replicantes más famoso del mundo. Cowboys & Aliens es el fruto de una sencilla premisa: ¿qué pasaría si los extraterrestres hubiesen intentado exterminar a un pequeño poblado del oeste americano? Western y ciencia ficción en un blockbuster que cumple lo que promete.

martes, 28 de diciembre de 2010

Espectacular videojuego cansino



Ayer me acerqué por fin a ver una de las películas que más tiempo llevaba esperando, Tron Legacy. Tenía ganas de verla principalmente porque conozco la película original, Tron, y sabía perfectamente que, con aquel material como base, podría conseguirse algo nunca visto a día de hoy en la gran pantalla. Pero la estética y la ambientación no lo es todo amigos.

Tron Legacy nos narra la historia de Sam Flynn, el hijo del desaparecido fundador de la macroempresa de software y videojuegos ENCOM. Un buen día, un antiguo compañero de su padre le informa de que ha recibido un mensaje procedente de los antiguos recreativos de su progenitor y allí que va Sam para descubrir un extraño ordenador que le transportará a un mundo nuevo. Ese mundo es la RED, el mundo digital donde viven los programas informáticos y dónde Sam Flynn se verá obligado a participar en unos juegos mortales organizados por un siniestros clon cibernético de su padre.

lunes, 15 de noviembre de 2010

SEFF 2010: Tender Son- The Frankenstein Project


El director húngaro Kornél Mundruzcó, que ya aburrió a los sevillanos hace dos años con Delta, vuelve a hacerlo con su particular visión del mito del moderno Prometeo o, como es más conocido, Frankenstein.
Tender Son- The Frankenstein Project comienza siguiendo a un director de cine y teatro que busca a una persona que sea materia viva, para su próximo proyecto. No quiere actores, quiere personas que de verdad hayan sufrido lo que los personajes. Durante los castings conoce a un perturbador joven que terminará sembrando la destrucción alrededor del director. Y es que él es el creador de ese monstruo.

Que nadie se acerque a ésta película pensando que es una fiel traslación de la novela de Mary Shelley a la actualidad. Aquí no hay ni científicos megalomaníacos, ni monstruos creados con piezas de saldo de cadáveres. Mundruzcó ha optado por tratar de rescatar la esencia de la novela: la del ser incomprendido que destruye por la rabia que le produce el no ser aceptado. Aquí el director sería Victor Frankenstein, padre del chico y rol que compartiría con la madre de éste. El monstruo obviamente es el joven abandonado de pequeño en un orfanato, dónde ha estado falto de amor y cariño hasta que ha conseguido escapar y vuelve para reclamar aceptación. En el patio de vecinos dónde transcurre toda la historia, conocerá a su hermanastra y decide casarse con ella y fugarse al igual que en la novela el monstruo reclama a su creador una compañera. 

SEFF 2010: Mr Nice



Escribo ésta crítica después de saberse el palmarés del Festival de Cine Europeo de Sevilla y ya se sabe que Mr. Nice sólo ha conseguido el galardón a la mejor interpretación para Rhys Ifans.

Mr. Nice es la típica historia de un narcotraficante. De un tipo que un buen día se mete en éste mundo fumando su primer porro y la ambición le puede hasta el punto de crearse su propio imperio de la droga en las islas británicas. Una historia de auge y caída de las típicas pero… ¿qué tiene Mr. Nice que la haga diferente? Pues un inconmensurable Rhys Ifans en su primer papel totalmente protagonista y ese inconfundible aroma de humor british a lo Guy Ritchie que impregna todo el relato.

viernes, 5 de noviembre de 2010

SEFF 2010: Tamara Drewe

Gemma Arteton es Tamara Drewe



Hoy comienza el Festival de Cine Europe de Sevilla (SEFF), con la proyección del último trabajo de Stephen Frears. TMI tiene el honor de cubrir este festival al igual que en ediciones anteriores. Os mantendremos informados de todo cuanto ocurra y publicaremos las críticas y crónicas de los eventos más importantes del Festival.

Tamara Drewe es una película agradable, ligera y sencilla. No hay mejor manera de acercarse a ella que con la mente despejada. Algunos leerán que el film se basa en una novela gráfica de una tal Posy Simmonds, pero pocos saben que a su vez el cómic está basado en la inmortal novela de Thomas HardyLejos del mundanal ruido”.

jueves, 14 de octubre de 2010

Machete: Pan y Circo

Machete con su moto ametralladora
Antes de nada hay que dejar claro que Machete es un producto que hay que ver sin prejuicios, sin buscarle la lógica a nada puesto que pretende ser un tributo a todas aquellas películas de acción absurda y con poco presupuesto que inundaron cines de barrio y videoclubs en décadas pasadas. Pero Machete se traiciona a sí misma en no pocos momentos y ese es el mayor lastre de la cinta.

miércoles, 6 de octubre de 2010

El planeta de los simios (2001): Tim Burton también tiene una hipoteca


Tras atravesar una tormenta cósmica, un joven astronauta cae con su nave en un extraño planeta en el que la raza humana está sometida a la esclavitud por unos simios evolucionados.

sábado, 15 de mayo de 2010

Robin Hood



Ridley Scott y Russel Crowe vuelven a reunirse para traernos una historia épica. El nacimiento de una leyenda que todos conocemos pero mostrado de una forma desconocida. Pasen y vean al Robin Hood del siglo XXI.

Francia, siglo XII. El rey Ricardo Corazón de León asedia un castillo francés a su vuelta de las cruzadas. La corona está arruinada por las campañas militares mantenidas y los tributos que hay que pagarle al rey mantienen a la población bastante crispada. En otra parte, un general conspira con los franceses para conseguir que el Rey Ricardo muera y la corona sea heredada por su infame hermano Juan y, con ello, se produzca una guerra civil en Inglaterra que debilite al país y permita a Francia invadir Inglaterra. Pero, en este marco, nacerá un héroe, nacerá la leyenda de Robin Hood.

La primera sensación que tiene uno al ver los diferentes tráileres y avances de esta película es la de que vamos a asistir a una especie de secuela de Gladiator. Pero lo que en aquella era la historia de un general nombrado para ser el próximo emperador de Roma, que termina luchando en las arenas del Coliseo por la traición sufrida por parte del hijo del anterior emperador nada tiene que ver con la simple historia de un arquero que se hace pasar por un noble y acaba dirigiendo la última batalla contra los franceses. Si la primera era una historia de descenso social, ésta es una de ascenso. Y ese es precisamente el problema de la cinta, el Robin Hood de Russel Crowe permanece impasible ante todo lo que acontece a su alrededor y, sencillamente cumple promesas que ha prometido cumplir. Solo hacia el final se toma la lucha por Inglaterra como algo personal y la emoción hace acto de presencia en el filme. El otro papel relevante de la película, el de una espléndida Cate Blanchett sí que aporta vigor a la historia con una mujer luchadora y realista. La forzada esposa de Robin Hood es lo mejor de la película y los detalles que hacen avanzar la relación entre ellos dos, lo más conseguido de la cinta.

El guión no es que no cuente una buena historia, de hecho las conspiraciones dentro del seno de la corona y contra ella son lo más interesante de Robin Hood. El problema es que se ha querido mantener todo muy apegado a la realidad, todo es muy seco y falta la emoción de la que hablaba antes.

A lo anterior no ayuda mucho un Russel Crowe que parece actuar en modo automático durante la mayor parte del metraje y que solo da algo de sí mismo en cuatro escenas puntuales. El resto del reparto cumple su cometido, con un Oscar Isaac que compone un rey Juan ciertamente despreciable, un cobarde que busca mantenerse en la corona a toda costa. También destacar la labor de una espléndida Cate Blanchett como lady Marian, ella es la auténtica estrella del film.

Ridley Scott rueda de forma vigorosa, sabiendo colocar la cámara en el mejor sitio en cada momento y regalándonos preciosas estampas de los paisajes ingleses. Aún así, por el apego a contar una historia realista, alejada totalmente de las anteriores versiones sobre el arquero de Nottingham, el director no realiza demasiadas florituras visuales que dejen impactado al espectador. De hecho, las batallas son secas y duras, sí, pero menos espectaculares de lo que uno espera de él.

En fin, este Robin Hood Begins es una buena opción para acudir al cine este fin de semana. Ridley Scott nos ha traído una película adulta que seguramente defraudará a muchos, pero al fin y al cabo realizar una película dónde lo más importante es la historia y no forzarla con más acción o momentos emotivos para contentar a las audiencias la convierten en una producción valiente.


lunes, 1 de marzo de 2010

Percy Jackson y el ladrón del rayo


El director de las dos primeras partes de Harry Potter trata de repetir la jugada trayéndonos un refrito de las aventuras del mago inglés convertido esta vez en un adolescente que resulta ser el hijo de Poseidón y que tendrá que hacer frente a un sinfín de aventuras mitológicas para conseguir salvar el mundo.

Percy Jackson es un chaval disléxico que descubre que es el hijo de Poseidón el día en que su profesora de lengua se convierte en una monstruosa arpía y trata de matarle. Pero eso no es todo, Zeus le acusa de haberle robado su rayo y si no lo encuentra y devuelve en un plazo de 10 días se iniciará una guerra entre dioses y humanos. Para encontrar el rayo, Percy contará con la ayuda de un sátiro y de la hija de la diosa Atenea.

Imágen de Percy Jackson y los Olimpicos

La historia de Percy Jackson la hemos visto cientos de veces, ya sea en Eragon, en Los tres reinos de la luz o en Corazón de Tinta. Un joven resulta ser el elegido para salvar al mundo de su destrucción. La principal diferencia de estos títulos con la saga Harry Potter es que ésta no tiene ninguna prisa por acabar la historia en su primer libro (y, por tanto, en su primera película) sino que las historias del joven mago comienzan presentándonos todo un mundo nuevo, con sus personajes e historias internas, y de ahí, poco a poco se irá ascendiendo en la sed de venganza del malvado señor Voldemort contra el mundo mágico (recordemos que éste no aparece por primera vez hasta la cuarta entrega). El problema de Percy Jackson es que no aprovecha el buen material que tiene, toda la mitología clásica griega. En lugar de presentarnos un rico mundo poblado por dioses, semidioses y multitud de criaturas con sus complejas y diferentes relaciones que podría dar lugar a una novedosa aventura que se apartase de lo ya visto, el guion opta por utilizarlos como meras fichas para ejecutar una partida cuyo objetivo es aprovechar el tirón de los best sellers infantiles.

Imágen de Percy Jackson y los OlimpicosChris Columbus hace una labor estándar en la dirección. Parece que no haya contando con un presupuesto que le haya permitido recorrer un mundo riquísimo en detalles tal y como hacía con las dos entregas de Harry Potter (de hecho, aquí los efectos especiales dejan bastante que desear para una producción de este calibre). No hay ningún plano especialmente llamativo como aquel picado de las escaleras de Hoghwarts, ni ningún movimiento de cámara impactante. Parece como si Chris Columbus no sintiese nada por lo que está contando y eso afecta de manera palpable a la película.

La labor actoral es lo peor sin duda del film. El adolescente Logan Herman se limita a permanecer con la misma expresión toda la película. Es como si le avergonzase sentir emociones y no consigue transmitir nada (-SPOILER-vergonzoso el momento en que se muere su madre y parece como si no hubiese pasado nada. ¡Llora!¡Tirate al suelo!¡Haz algo, por Dios!¡Que tu madre se ha muerto!). El resto del elenco se limita al secundario negro y gracioso y al interés romántico del protagonista. Respecto a la multitud de caras conocidas que aparecen en la película, no dejan de ser meras presencias anecdóticas que no sobrepasan de unos pocos minutos en pantalla.

Imágen de Percy Jackson y los OlimpicosPercy Jackson es otra más de esas películas basadas en libros infantiles/juveniles de gran éxito y que no han sabido adaptarse al medio cinematográfico por tener las miras puestas antes en conseguir un éxito económico que una estimable película. Los niños no son tontos y saben perfectamente que este semidiós nacido de Poseidón y una mortal, no es más que una figurilla de cartón piedra que no puede compararse a las grandes aventuras juveniles como Los Goonies, Una pandilla alucinante o Harry Potter.

sábado, 27 de febrero de 2010

El Solista

El director de Expiación trata de lucirse con una historia de superación frente a la adversidad. Para ello cuenta con la estimable labor actoral de Robert Downey Jr. y Jamie Foxx. Lástima que por muy bien presentado que esté todo, el film no deje de ser un drama al uso y ya haya tantas películas de similar temática superiores.

Basada en hechos reales, El Solista está basada en el libro homónimo que publicó el periodista Steve López y en el que él narra sus encuentros con un vagabundo esquizofrénico que resulta ser un excelente músico.

Películas que narran a personas con alguna discapacidad (ya sea física o psicológica)que no les impide ser los mejores en algo hay a cientos. La mayoría de ellas toman como punto de partida a alguien se acerca a esa persona y nos narra su día a día, su amistad, los problemas que surgen entre ellos… El Solista no es ninguna excepción, Joe Wright nos trae una película que hace unos años casi que podríamos asegurarla en la carrera hacia los Oscar (no es ninguna rareza, películas de esta temática son muy apreciadas por los miembros de la academia hollywoodiense por muy mediocres que sean, sino recuerden Una mente maravillosa), pero ahora con lo movidito que está todo gracias a Avatar y En tierra hostil, parece que se ha dado con un canto en los dientes.

No es que su guión sea malo, en absoluto, está escrito con elegancia y buen ritmo. Nos empieza presentando a Steve López con un accidente, para que veamos como él también es vulnerable (aunque solo lo sea físicamente, en principio) y a través de él conoceremos al vagabundo Nathaniel Ayers, un virtuoso del violín que tuvo que abandonar su prometedora carrera musical por culpa de la esquizofrenia. Lo que en un principio parecía que iba a ser otro artículo más termina derivando en una compleja amistad que se forja entre el periodista y el músico sin techo.

Póster de El Solista
Como dije antes, no es que el guión esté mal escrito, es que no aporta nada y, de hecho, precisamente por eso la película deja a uno indiferente. Podría haberse incidido más en la esquizofrenia del personaje, habernos mostrado la realidad de esa enfermedad de manera más directa o, por otra parte, habernos mostrado a Steve López como un ser más amoral aún, alguien a quien le importe de verdad un comino quién es Nathaniel Ayers y que solo vea en él al objeto de sus columnas y nada más para que luego el personaje realice un cambio radical en su forma de ser. Sin embargo, vuelvo a apuntar que no hay riesgo en ésta película, todo es demasiado convencional.

 El Solista
Joe Wright dirige con solvencia, tal y como nos tiene acostumbrados. Cada encuadre, cada plano, cada movimiento está perfectamente realizado y estudiado para que sea el idóneo. El director vuelve a lucirse en este apartado con un plano secuencia que recorre el Skid Row de Los Ángeles, pero que no llega ni de lejos a la altura del maravilloso plano secuencia de Expiación.

El plato fuerte de la película es, sin duda, su dúo protagonista. Robert Downey Jr. compone a un creíble Steve López, un periodista reconocido que ve su trabajo como una rutina más hasta que conoce a Nathaniel. Pero es Jamie Foxx quien da el do de pecho en esta película transformándose en Nathaniel Ayers. Es cierto que los personajes con trastornos psicológicos o minusvalías físicas son muy agradecidos para un actor y a poco que se realice un buen trabajo el resultado es más que notable, pero lo que hace Jamie Foxx en está película sólo puede calificarse como genial y conmovedor.

El solista es una de tantas películas que aspiran a mucho más de lo que en realidad son. Probablemente el problema venga de que es una adaptación demasiado fiel al libro y no se ha arriesgado en cambiar nada. No obstante, no es una mala película, sólo es una de esas que al poco se olvidan.

martes, 9 de febrero de 2010

Invictus: emocionante espectáculo deportivo


Clint Eastwood es, indiscutiblemente, el último director clásico. Siempre podremos esperar lo mejor de él y pocas veces defrauda. Con Invictus se adentra en un nuevo terreno para él, el deportivo, y he de decir que ha salido airoso al retratar la trayectoria del equipo sudafricano de rugby durante el mundial del 95.

Sudáfrica, primera mitad de los años noventa, Nelson Mandela sale de la cárcel en la que llevaba recluido desde los años 60, se presenta a las elecciones, gana por mayoría absoluta y abole el apartheid. En éste momento crucial de la historia de Sudáfrica, se celebrará allí el mundial de rugby, evento que utilizará el presidente Mandela para acabar con las tensiones raciales del país y unir a toda la población gracias al deporte.

Antes de nada, precisar que Invictus me parece más una película sobre el rugby que sobre el apartheid. Toda la emoción y el grueso de la historia tratan sobre la superación de un equipo que no resulta ser de los mejores pero que se supera a sí mismo hasta llegar a la final del mundial. Obviamente, se puede trazar un claro paralelismo entre el equipo sudafricano y el propio país, puesto que a medida que van ganando, el país va dejando de lado sus prejuicios raciales y avanza hacia un futuro mejor. El guión la verdad es que, tal y como se puede apreciar por la sinopsis, es bien sencillo. La historia en sí es mínima y el espectador sabe en todo momento qué es lo que va a pasar, pero aún así Invictus te emociona, consigue que empatices con Mandela, con el equipo de rugby y con Sudáfrica en general.

Morgan Freeman consigue transformarse literalmente en el mandatario sudafricano, llevando a cabo una labor de mimetismo minuciosa. Cualquier gesto, su entonación (no he tenido la oportunidad de ver Invictus en V.O. pero gracias a algunos fragmentos de la película que circulan por la red he podido apreciar que su dicción es casi igual a la de Mandela), su forma de moverse y de mirar… todo ello hace que te olvides de que es el tío de Cadena Perpetua y no Nelson Mandela. A Freeman le da la réplica un notable Matt Damon que con un personaje que tampoco tiene demasiada chica en realidad consigue que el público sienta a través de él la enorme presión que hay sobre la selección de rugby por ganar ese mundial.

Qué decir de la labor de Clint Eastwood detrás de las cámaras… Él es un artesano del cine, un maestro, un clásico viviente y lo demuestra en la perfección de cada encuadre y en la suavidad de cada movimiento de cámara. Es cierto que tira de algunos clichés demasiado vistos, como la imagen del balón de rugby surcando los cielos a cámara lenta, pero también es cierto que ha conseguido transmitir en todos los encuentros deportivos la emoción de vivir un mundial (los numerosos y recurrentes planos del graderío repleto de gente que no deja de animar al equipo son excepcionales).

Invictus es un paso más en la carrera de Clint Eastwood, un director que continúa evolucionando, probando nuevos géneros. A la espera de ver su próximo trabajo, un thriller paranormal titulado Hereafter, no podemos más que decir que ojalá el que fuese el jinete sin nombre de los westerns de Leone mantuviese este rumbo.

miércoles, 23 de diciembre de 2009

Avatar



James Cameron lo ha conseguido. Avatar es el mayor espectáculo que cualquiera puede ver en la gran pantalla en mucho tiempo. Dejad atrás todos los prejuicios, porque para ver Avatar uno no tiene más que abandonarse a la belleza y el poder de sus imágenes.

Jack Sully es un marine inválido que se somete al proyecto Avatar, por el cual podrá controlar una réplica de un Na’vi. Los Na’vi son una raza de alienígenas que viven en armonía con la naturaleza salvaje del planeta Pandora. Desgraciadamente su asentamiento se encuentra justo encima del mayor yacimiento de un mineral valiosísimo que es codiciado por los humanos. La misión de Sully será obtener la confianza de los Na’vi y conseguir que abandonen el lugar, pero terminará descubriendo que tiene más en común con ellos que con los de su propia especie.

La historia es de lo más sencillo. No hay que darle más vueltas. Es como si viésemos una versión intergaláctica de Pocahontas o Bailando con lobos en la que el protagonista se tuviese que disfrazar de nativo americano para poder acercarse y entablar contacto, en este caso el protagonista Jack Sully toma el cuerpo de un Na’vi –lo que me recordó a una película reciente, aunque muy inferior a esta, Los sustitutos, mientras que muchos se empecinarán en referenciar a Matrix-. Está claro que el desarrollo es previsible y que todo se podría haber contado en la mitad de tiempo, pero entonces no estaríamos ante un film así de épico. James Cameron nos da lo que queremos después de habernos mostrado todo un mundo nuevo con todo lujos de detalles–en realidad dos mundos, porque la nave espacial humana también nos resulta extraña-. Gasta más de la mitad del metraje en contarnos como Jack Sully se sumerge en la cultura Na’vi y vemos con todo detalle el mundo de Pandora . Muchos dirán que eso solo lo hace James Cameron para vender una nueva tecnología pero...¿acaso Tolkien o, incluso, Galdós no dedicaban decenas y decenas de páginas a describirnos un mundo real o imaginario que nos situase perfectamente en una historia, que en realidad si se mira bien es de lo más simple y que podía ser contada en un tercio de páginas y con menos personajes?

James Cameron rueda enérgicamente, amparado por una tecnología que no podrá ser igualada por otras producciones hasta dentro de unos años y saca todo el jugo posible al mundo de Pandora. Sólo hay que echar un vistazo a su filmografía precedente para percatarse que este señor es de los que dirigen con fuerza y no se andan con tonterías. Sus planos están cargados de fuerza y belleza a la vez que son elegantes y nunca dejan de impresionar. Rueda lo íntimo sin dejar de lado lo grandioso y viceversa. Y el culmen de todo esto es la media hora final que hará que los reposabrazos de muchos cines sean arrancados. Sencillamente la batalla más espectacular desde la de El retorno del rey.

Los actores cumplen su labor rayando a gran altura e, incluso, sus homólogos Na’vi creados por ordenador con la emotion capture consiguen que nos olvidemos del buen puñado de píxeles que los componen y veamos en ellos a una criatura. Salvo en algunas expresiones aisladas, se ha conseguido transmitir fielmente la expresividad de los actores reales, pudiendo uno apreciar la excelente labor de Zoe Saldana como Neytiri.

En fin, Avatar es más que una película, es una experiencia. James Cameron consigue que te revulevas en tu butaca y vivas lo mismo que los personajes. Hacía tiempo que no vivía eso en un cine, la capacidad de asombrarme no sólo por la tecnología usada, no sólo por la historia, no sólo por la acción, sino por haber visto un mundo nuevo.