Hay un estereotipo que muchos españoles repiten sin cesar
cada vez que se les pregunta sobre el cine producido en nuestro país: las
películas españolas sólo tratan sobre la guerra civil, o son comedias con
abundancia de desnudos femeninos, o son dramas sobre yonkis, prostitutas y
homosexuales. Un repaso a la producción nacional, sobre todo a lo largo de los
últimos años, desmonta rápidamente este estereotipo y demuestra que nuestro
cine es rico en variedad de géneros e historias. Pero la historia de España está
intrínsecamente ligada a ese duro período histórico que fue la Guerra Civil y
la postguerra y no podemos ni debemos evitar asomarnos a esa época que nos
sigue marcando un poco cómo somos hoy en día.
La voz dormida es el último film del poco prolífico director
de Lebrija, Benito Zambrano. Un acercamiento a una de las obras cumbres de la
tristemente fallecida escritora Dulce Chacón, un alegato en pos de la lucha y
los derechos de las mujeres que sufrieron en las cárceles españolas durante los
primeros años del franquismo. La historia es dura a la par que sencilla,
Hortensia es la esposa de un miliciano huido que está cumpliendo pena en una
cárcel de mujeres por sus ideales republicanos. Hortensia está embarazada y su
hermana Pepita hará todo lo posible porque ella y su futuro sobrino consigan
salir libres.
He de reconocer que desconozco la obra original de Chacón,
aunque admito que he oído muy buenos comentarios acerca de ella y de cómo
implica emocionalmente al lector. Benito Zambrano nos presenta una película
llena de lugares y situaciones comunes que decide no arriesgar a contar nada
nuevo. La historia que nos cuenta es algo muy dramático y seguramente que no
habrán sido poco los casos en los que mujeres encarceladas y familiares se
hayan enfrentado a algo así. El problema de esta película es que se queda en la
superficie, no muestra ni de una manera dura todo el sufrimiento de Hortensia o
de Pepita, ni ahonda con mayor profundidad en la psicología de ellas, ni trata
de dar un nuevo enfoque o giro a la historia que aporte algo nuevo.
La producción de la película raya a gran altura, con unos
escenarios convincentes y unas interpretaciones excelentes en su dúo
protagonista, pero que decaen notablemente si nos fijamos en los secundarios
masculinos que pueblan el relato. Es una lástima puesto que tanto la factura
interpretativa como el nivel de producción permitirían haber entregado un
producto con una entidad mucho mayor en lugar de la historia de peregrinaje de
Pepita clamando ayuda por su hermana Hortensia.
La voz dormida es una película efectiva y efectista, un
drama que a buen seguro arrancará la lágrima a más de uno pero que se
desvanecerá rápidamente en el recuerdo junto a otros tantos dramas sobre la
Guerra Civil que también prefirieron quedarse en los lugares y personajes
comunes (el miliciano escondido, el contrabando a pequeña escala, la Iglesia
como órgano represor, los militares franquistas, los republicanos como adalides
de la libertad…= en lugar de tratar de dar una visión más profunda, tridimensional,
incómoda y completa sobre un hecho histórico que sigue marcando a fuego nuestra
historia contemporánea.
No hay comentarios:
Publicar un comentario