lunes, 1 de marzo de 2010

Percy Jackson y el ladrón del rayo


El director de las dos primeras partes de Harry Potter trata de repetir la jugada trayéndonos un refrito de las aventuras del mago inglés convertido esta vez en un adolescente que resulta ser el hijo de Poseidón y que tendrá que hacer frente a un sinfín de aventuras mitológicas para conseguir salvar el mundo.

Percy Jackson es un chaval disléxico que descubre que es el hijo de Poseidón el día en que su profesora de lengua se convierte en una monstruosa arpía y trata de matarle. Pero eso no es todo, Zeus le acusa de haberle robado su rayo y si no lo encuentra y devuelve en un plazo de 10 días se iniciará una guerra entre dioses y humanos. Para encontrar el rayo, Percy contará con la ayuda de un sátiro y de la hija de la diosa Atenea.

Imágen de Percy Jackson y los Olimpicos

La historia de Percy Jackson la hemos visto cientos de veces, ya sea en Eragon, en Los tres reinos de la luz o en Corazón de Tinta. Un joven resulta ser el elegido para salvar al mundo de su destrucción. La principal diferencia de estos títulos con la saga Harry Potter es que ésta no tiene ninguna prisa por acabar la historia en su primer libro (y, por tanto, en su primera película) sino que las historias del joven mago comienzan presentándonos todo un mundo nuevo, con sus personajes e historias internas, y de ahí, poco a poco se irá ascendiendo en la sed de venganza del malvado señor Voldemort contra el mundo mágico (recordemos que éste no aparece por primera vez hasta la cuarta entrega). El problema de Percy Jackson es que no aprovecha el buen material que tiene, toda la mitología clásica griega. En lugar de presentarnos un rico mundo poblado por dioses, semidioses y multitud de criaturas con sus complejas y diferentes relaciones que podría dar lugar a una novedosa aventura que se apartase de lo ya visto, el guion opta por utilizarlos como meras fichas para ejecutar una partida cuyo objetivo es aprovechar el tirón de los best sellers infantiles.

Imágen de Percy Jackson y los OlimpicosChris Columbus hace una labor estándar en la dirección. Parece que no haya contando con un presupuesto que le haya permitido recorrer un mundo riquísimo en detalles tal y como hacía con las dos entregas de Harry Potter (de hecho, aquí los efectos especiales dejan bastante que desear para una producción de este calibre). No hay ningún plano especialmente llamativo como aquel picado de las escaleras de Hoghwarts, ni ningún movimiento de cámara impactante. Parece como si Chris Columbus no sintiese nada por lo que está contando y eso afecta de manera palpable a la película.

La labor actoral es lo peor sin duda del film. El adolescente Logan Herman se limita a permanecer con la misma expresión toda la película. Es como si le avergonzase sentir emociones y no consigue transmitir nada (-SPOILER-vergonzoso el momento en que se muere su madre y parece como si no hubiese pasado nada. ¡Llora!¡Tirate al suelo!¡Haz algo, por Dios!¡Que tu madre se ha muerto!). El resto del elenco se limita al secundario negro y gracioso y al interés romántico del protagonista. Respecto a la multitud de caras conocidas que aparecen en la película, no dejan de ser meras presencias anecdóticas que no sobrepasan de unos pocos minutos en pantalla.

Imágen de Percy Jackson y los OlimpicosPercy Jackson es otra más de esas películas basadas en libros infantiles/juveniles de gran éxito y que no han sabido adaptarse al medio cinematográfico por tener las miras puestas antes en conseguir un éxito económico que una estimable película. Los niños no son tontos y saben perfectamente que este semidiós nacido de Poseidón y una mortal, no es más que una figurilla de cartón piedra que no puede compararse a las grandes aventuras juveniles como Los Goonies, Una pandilla alucinante o Harry Potter.

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