miércoles, 30 de noviembre de 2011

Un método peligroso


El padre, el discípulo y la primera mujer psicoanalista forman el triángulo de relaciones cruzadas de la última película de un David Cronemberg que parece haber dejado definitivamente atrás la visceralidad de sus primeras películas para lanzarle al espectador una historia sobre comportamientos turbados directamente a la cara. Pero, eso sí, de la forma más clásica y elegante.

Un método peligroso es una película seca. No es la biografía de ninguno de los tres personajes mencionados anterioremente. Basada en la obra de teatro The talking cure de Christopher Hampton, la película es un ensayo didáctico sobre la relación entre los pioneros del psicoanálisis, sobre cómo Carl Gustav Jung (Michael Fassbender) aplica con enorme éxito las teorías del psicoanálisis sobre una paciente, Sabrina Spiegelman (Keira Knightley). A raíz de este caso, Jung iniciará una relación profesional con el mismísimo padre del psicoanálisis, Sigmund Froid (Viggo Mortensen). Pero esta relación se verá trastocada cuando Jung recibe a un inesperado paciente, el doctor Otto Gross (Vincent Cassel). Éste con sus ideas sobre la liberación sexual incita a Jung a que deje de reprimir sus deseos sexuales más oscuros frente a Sabrina, lo que desestabilizará su familia, su amistad con Freud y le provocará un comportamiento enfermizo con su paciente y después psiquiatra.