sábado, 27 de febrero de 2010

El Solista

El director de Expiación trata de lucirse con una historia de superación frente a la adversidad. Para ello cuenta con la estimable labor actoral de Robert Downey Jr. y Jamie Foxx. Lástima que por muy bien presentado que esté todo, el film no deje de ser un drama al uso y ya haya tantas películas de similar temática superiores.

Basada en hechos reales, El Solista está basada en el libro homónimo que publicó el periodista Steve López y en el que él narra sus encuentros con un vagabundo esquizofrénico que resulta ser un excelente músico.

Películas que narran a personas con alguna discapacidad (ya sea física o psicológica)que no les impide ser los mejores en algo hay a cientos. La mayoría de ellas toman como punto de partida a alguien se acerca a esa persona y nos narra su día a día, su amistad, los problemas que surgen entre ellos… El Solista no es ninguna excepción, Joe Wright nos trae una película que hace unos años casi que podríamos asegurarla en la carrera hacia los Oscar (no es ninguna rareza, películas de esta temática son muy apreciadas por los miembros de la academia hollywoodiense por muy mediocres que sean, sino recuerden Una mente maravillosa), pero ahora con lo movidito que está todo gracias a Avatar y En tierra hostil, parece que se ha dado con un canto en los dientes.

No es que su guión sea malo, en absoluto, está escrito con elegancia y buen ritmo. Nos empieza presentando a Steve López con un accidente, para que veamos como él también es vulnerable (aunque solo lo sea físicamente, en principio) y a través de él conoceremos al vagabundo Nathaniel Ayers, un virtuoso del violín que tuvo que abandonar su prometedora carrera musical por culpa de la esquizofrenia. Lo que en un principio parecía que iba a ser otro artículo más termina derivando en una compleja amistad que se forja entre el periodista y el músico sin techo.

Póster de El Solista
Como dije antes, no es que el guión esté mal escrito, es que no aporta nada y, de hecho, precisamente por eso la película deja a uno indiferente. Podría haberse incidido más en la esquizofrenia del personaje, habernos mostrado la realidad de esa enfermedad de manera más directa o, por otra parte, habernos mostrado a Steve López como un ser más amoral aún, alguien a quien le importe de verdad un comino quién es Nathaniel Ayers y que solo vea en él al objeto de sus columnas y nada más para que luego el personaje realice un cambio radical en su forma de ser. Sin embargo, vuelvo a apuntar que no hay riesgo en ésta película, todo es demasiado convencional.

 El Solista
Joe Wright dirige con solvencia, tal y como nos tiene acostumbrados. Cada encuadre, cada plano, cada movimiento está perfectamente realizado y estudiado para que sea el idóneo. El director vuelve a lucirse en este apartado con un plano secuencia que recorre el Skid Row de Los Ángeles, pero que no llega ni de lejos a la altura del maravilloso plano secuencia de Expiación.

El plato fuerte de la película es, sin duda, su dúo protagonista. Robert Downey Jr. compone a un creíble Steve López, un periodista reconocido que ve su trabajo como una rutina más hasta que conoce a Nathaniel. Pero es Jamie Foxx quien da el do de pecho en esta película transformándose en Nathaniel Ayers. Es cierto que los personajes con trastornos psicológicos o minusvalías físicas son muy agradecidos para un actor y a poco que se realice un buen trabajo el resultado es más que notable, pero lo que hace Jamie Foxx en está película sólo puede calificarse como genial y conmovedor.

El solista es una de tantas películas que aspiran a mucho más de lo que en realidad son. Probablemente el problema venga de que es una adaptación demasiado fiel al libro y no se ha arriesgado en cambiar nada. No obstante, no es una mala película, sólo es una de esas que al poco se olvidan.

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