Escribo ésta crítica después de saberse el palmarés del Festival de Cine Europeo de Sevilla y ya se sabe que Mr. Nice sólo ha conseguido el galardón a la mejor interpretación para Rhys Ifans.
Mr. Nice es la típica historia de un narcotraficante. De un tipo que un buen día se mete en éste mundo fumando su primer porro y la ambición le puede hasta el punto de crearse su propio imperio de la droga en las islas británicas. Una historia de auge y caída de las típicas pero… ¿qué tiene Mr. Nice que la haga diferente? Pues un inconmensurable Rhys Ifans en su primer papel totalmente protagonista y ese inconfundible aroma de humor british a lo Guy Ritchie que impregna todo el relato.
La película está basada en la biografía del propio Howard Marks, un caradura y adicto al cannabis tremendamente inteligente. Howard Marks idea las más astutas estratagemas para conseguir introducir la droga en el continente británico. Howard Marks no duda en robarle la identidad a un tal señor Nice. Howard Marks no duda en aprovecharse del MI6 (el servicio de Inteligencia británico, el mismo para el que trabajaba James Bond) para engañar a las autoridades y seguir traficando. Howard Marks es un tipo que por muy despreciable que parezca, no puede evitar caernos bien. Rhys Ifans es Howard Marks, y él es la película. Es tal la responsabilidad de éste papel que el más mínimo error de casting podría haber dado al traste con toda la película. Pero no ha sido así y Rhys Ifans compone un personaje divertido, pero apegado a la realidad. ¿Y el resto de personajes? Por ésta película deambulan muchas caras conocidas (Elsa Pataki, Crispin Glover, Lluís Tosar,...)que en realidad no son más que meros monigotes que sirven para hacer ligeramente más interesante la historia de Howard Marks. La única que aporta algo más es una más que decente Chloë Sevigny, como esposa de Marks/Nice.
El director de “Candyman” o la última versión de “Anna Karenina” se las apaña para hacernos creer que la historia transcurre durante treinta y cinco años y en una docena de países diferentes. Hay veces en las que el “Ctrl+C y Ctrl+V” se nota en los fondos y eso distrae un poco al espectador algo más avezado. Pero sin duda el gran cierto de Bernard Rose es saber darle el color y la textura adecuada a cada época que trata el film, comenzando con un esplendoroso blanco y negro hasta adquirir su máximo color en los últimos fotogramas.
Pero, Mr Nice tiene un gran problema y es que debería haberse realizado o con muchos más medios, escenas de acción, drama y demás, sin estar tan centrada en su personaje principal o bien haber tomado la alternativa de exagerarlo todo mucho más. Rhys Ifans y Mr. Nice se prestan a ello y podría haber salido un film delirante y mucho más divertido y estimulante que ésta película que finalmente se ha quedado un poco en tierra de nadie.
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