lunes, 6 de julio de 2009

Transformers: La venganza de los caídos



Michael Bay y sus robots transformables vuelven a la cargar para destrozar las taquillas de medio mundo abrumando con sus excelentes efectos especiales, escenas de acción eternas, supuestos toques de acción y Megan Fox.

El argumento es lo de menos en un film de éstas características y está tan absurdamente mal entramado que sería complicado detallarlo como es debido. Pero básicamente todo se reduce en que Sam, el protagonista, se encuentra un trozo del cubo de vida pegado a la suela de sus zapatos (que se los puso por última vez hace dos años y desde entonces ni los ha lavado ni nada). Esto hace que los Decepticons vuelvan a la Tierra para apoderarse del pequeño trozo y con él poner en marcha una máquina que destruirá el sol. Pero los Autobots, que se han dedicado éstos dos años a ser la mejor baza del ejército en la lucha contra algunos robots malos que se quedaron sueltos por el mundo la última vez, impedirán que el malvado líder de los Decepticons, The Fallen, lleve a cabo su plan.

Bueno, como ya he dicho, el guion es lo menos importante en un film de estas características. Una película con robots que se transforman en vehículos no puede tener un argumento con mucho sentido y el guion sólo debe buscar la forma de ofrecer el mayor entretenimiento al espectador con las inmensas escenas de acción y algún que otro toque humorístico. Pues bien, aun así, en ese sentido el guion se queda escaso puesto que hay demasiadas escenas de acción y humor tonto en la película. Se suceden sin descanso y la película parece más una sucesión de set pieces de acción intercaladas con algunos gags antes que un film convencional. Es como ir a un parque de atracciones y asistir a un cine de esos que se mueven los asientos, te echan agua y demás. Vas por la experiencia, no por el argumento que pudiese tener la cinta.

Las escenas de humor caca, culo, pedo, pis son las que dominan el panorama humorístico del filme con momentos “gloriosos” como cuando un pequeño robot practica el bello arte del fornicio con la pierna de Megan Fox o las múltiples peleas de dos robots gemelos con cara de Gollum -uno de ellos lleva un diente de oro ¿por qué necesitarían dientes o siquiera boca un robot?-.

El señor Bay ha realizado películas que me parecen mejores o peores, pero siempre me han resultado tremendamente entretenidas hasta este Transformers 2. Y esto ha sido por la tremenda saturación de acción y efectos especiales que he sufrido al ver la película. De hecho se podría hacer una metáfora perfecta entre esta película y la nueva hamburguesa séxtuple que lleva su nombre en el Burguer King. A mí me encantan las hamburguesas, aunque lógicamente siempre prefiero un buen solomillo. Pero si me tengo que clavar seis hamburguesas del tirón, me empacho y tengo la tarde jodida. Pues eso me pasó con la película de Transformers 2.

En fin, una película para ver en cine. Puede ser una experiencia trepidante y genial que te hará moverte de satisfacción en tu butaca si tienes mucha hambre de batallas colosales entre máquinas. Si buscas algo más de historia por muy simple que sea, algo de lógica para todo lo que sucede en pantalla y te cansan tantas escenas largas de acción, salte a la mitad de la película, date una vuelta, despéjate y vuelve a entrar para seguir disfrutando. Si no te gustan los robots también puedes conformarte con ver a Megan Fox y a Isabel Lucas. Si no te gustan las chicas, ni los robots, ve a ver Los Hombres que no amaban a las mujeres, es mejor película.


1 comentario:

Juan Blanco dijo...

¡Qué buena! Vamos, que no la veré ni de coña xD

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