miércoles, 17 de agosto de 2011

Sucker Punch: Flipando sin LSD



Ha sido una de las películas más esperadas de este 2011. La película más personal del hombre que volvió a darle vida al subgénero zombie con su excelente remake de El amanecer de los muertos. La película que recoge todas las filias y fobias del tipo que reventara las taquillas con 300. La película más arriesgada, sin duda, desde que su director aceptase llevar a la gran pantalla la obra magna del cómic de superhéroes con Watchmen. Una obra que puede hundirle, como le ocurrió con Ga'hoole o elevarle al cielo de los grandes como pretende hacer con su próximo Supermán. Señoras y señores, Sucker Punch no es una película, es una experiencia. Una amalgamas de sensaciones surgidas de la cabeza del señor Zack Snyder que no dejará indiferente a nadie. Pasen y vean.
¿Samurais demoniacos gigantes? Solo es el principio
Es complicado hablar de esta película. Ha sido un completo fracaso en taquilla y la mayor parte de la crítica la ha masacrado. Reconozco que es muy muy muy fácil destripar esta película por una sencilla razón: su director sencillamente ha volcado todo lo que tenía en la cabeza en la película y se ha preocupado poco por darle una estructura coherente, accesible para el público que no conoce su obra. Pero también hay que reconocer que éste es un problema -o, más bien, un handicap- que veo en la obra de muchos directores/autores encumbrados por la crítica. Si esta película hubiese tenido menos medios y viniese firmada por un Kubrick o un Buñuel, seguramente estaríamos hablando de la fusión de distintos lenguajes y alabando cómo se han integrado con las obsesiones del autor. Es una realidad, encumbramos a unos, a los que seguimos como gilipollas y despreciamos a otros que tienen mucho más talento.

Sin embargo, yo creo que Sucker Punch no es una mala película. Es más, yo defiendo esta producción de Zack Snyder por su valentía. Que este tipo se haya atrevido a juntar en un mismo film ambientado en un manicomio de chicas en los años 50 a samurais demoniacos gigantes, soldados alemanes mecánicos de la Primera Guerra Mundial, robots metálicos, dragones, música actual remixeada, burdeles y chicas very very hotties armadas hasta los dientes es digno de mi más sincero aplauso. Una rayada así sólo tiene lugar en conversaciones absurdas en pubs decadentes, con colegas que sobrepasan el nivel 30 en el frikitómetro -y que todos, incluidos yo, se hacen con las camisetas que el Pull & Bear dedican a algún personaje videojueguil (por cierto, ahora hay unas de Sonic, guapísimas)-y tras varias rondas. Hay que echarle cojones para sacar un proyecto así adelante y que además tenga cierto sentido. 

Morbazo
La película sigue a Babydoll (Emily Browning) una chica que es encerrada en un manicomio tras matar accidentalmente a su hermana. Allí será lobotomizada pero... su mente, instantes antes se traslada a un mundo alternativo en el que imagina que el manicomio es un burdel regentado por el malvado celador del manicomio (Oscar Isaac) y el que la psiquiatra (Carla Gugino) es la madame que las instruye. Babydoll quiere escaparse del burdel, pero para ello necesitará cinco elementos que tendrá que conseguir con la ayuda de sus compañeras. La manera de conseguirlos es embelesar a los clientes con un baile mientras alguna de ellas consigue substraerle el objeto. Lo curioso del asunto es que cada uno de los bailes de Babydoll se afrontan como batallas imaginarias -en lo que sería un segundo nivel de imaginación- que transcurren en mundos oníricos-. Así pues, podría sintetizarse en que el argumento de Sucker Punch no es más que el de un escape.

No voy a hablar de las interpretaciones (que cumplen), ni de los efectos especiales (muy buenos, aunque demasiado CGI). Sencillamente me centraré en lo que ha hecho Zack Snyder con esta película. Este tipo, ha cogido una historia simple y la ha mezclado con una estética de cómic y un lenguaje más propio de los videojuegos. La película se divide en seis niveles: el manicomio, el burdel, el templo samurai, las trincheras, el tren y el castillo del dragón. En cada uno de ellos las protagonistas deberán superar una serie de obstáculos y enfrentarse a una especie de jefe final para conseguir el trofeo que buscan. El problema radica en que esta estructura de subidón cuando empieza la escena y bajón cuando se acaba se acentúa por la diferencia de ambos medios: aquí el espectador no está a los mandos. En ese sentido, la película se asemeja más a una montaña rusa en la que hay demasiadas vueltas: tantas que no te da tiempo a apreciarlas y en la que la mayor parte del tiempo te sientes zarandeado en lugar de apreciar los loopings y tirabuzones. Zack Snyder ha metido demasiados elementos en esta película, hacerla lo más frenética posible consiguiendo que hacia la mitad del metraje el aglutinamiento de acción y efectos especiales deja de impactar.

Sucker Punch es una película que hay que ver. Una mezcla interesante de cine, videojuegos y cómic y, lo más importante, una apuesta arriesgada y diferente. No es perfecta ni trata de serlo. Tampoco va de película de culto o intelectualoide. Sencillamente es la película que su director siempre quiso hacer. Un juguete muy caro para que nos divirtamos todos aunque no a todos nos divierte lo mismo.

3 comentarios:

Berú dijo...

Considero que el hecho de que menciones "unos que tienen más talento" cuando te refieres a Kubrick o a Buñuel, me hace pensar que estás completamente equivocado. ¿Cómo siquiera te atreves a compararlos? Ambos han generado una verdadera obra a lo largo de su vida y reivindicaron la historia del cine; mientras Snyder apenas va empezando. Lo que pasa es que eres demasiado efectivista con él, y precisamente eso es lo que criticas de los demás fans: porque te gusta lo defiendes. No digo que sea malo, sin embargo, hacerte una paja y escribir un guión (con mucho presupuesto para filmarlo como te dé la gana) no es precisamente hacer una obra cumbre. Hace falta ver que hace después para ubicar objetivamente esta onírica película en el lugar que se merece.

La Mente Insana dijo...

He escogido los ejemplos de Kubrick y Buñuel como si hubiese escogido a cualquier otro. Efectivamente es lo que tu dices y yo también, el tiempo y la obra de su autor colocarán a esta película en su lugar. Lo que critico es a esa gran cantidad de gente que ya ven la película demonizándola porque va dirigida por "el mismo tío que hizo 300" y que si hubiese venido firmada por un autor consagrado (y con los pequeños cambios pertinentes que acercasen a la obra a su autor...) se estaría hablando de otra cosa diferente.

Carlos Traka dijo...

http://www.filmaffinity.com/es/review/15536148.html
Aquí te dejo el enlace de mi pequeña crítica sobre la película. Es cine Snyder y hay que tratarlo como tal, como pudieran ser David Lynch u Oliver Stone, al igual que ellos, él tiene particularidades en su cine, cosa que no agradará a muchos, tiempo al tiempo, quizás dentro de unos años sea consagrado por esa forma de trasladar el comic a la gran pantalla, de momento se puede decir que está en proceso experimental, veremos la evolución de su cine...