Dreamworks abre la veda de los films pensados para ser exhibidos en 3D con este homenaje al cine de ciencia ficción de los años 50. Los directores de El Espantatiburones y Shrek 2 nos traen la historia de Susan y su grupo de monstruos que tratarán de librar a los Estados Unidos de una invasión extraterrestre.
El día de su boda Susan es aplastada por un meteorito y súbitamente empieza a crecer de tamaño. En ese momento, el gobierno de Estados Unidos hace acto de presencia y captura a Susan encerrándola en un búnker junto a otros monstruos: el doctor cucaracha, el eslabón perdido y B.O.B. Cuando un enorme robot metálico cae en San Francisco, Susan y sus compañeros deberán detenerlo pero lo que aún ignoran es que el gigante metálico pertenece al malvado Galaxar que pretende capturar a Susan y robarle su energía para así poder hacer un ejército de clones y dominar la Tierra.
La verdad es que esperaba una película mucho más desmadrada viniendo de la casa que nos ha dado títulos como Madagascar y Shrek, pero su guión no deja de dar la sensación de un quiero y no puedo durante todo el metraje, optando por un humor que termina siendo mucho más infantil que otras películas de dreamworks. En esta ocasión todos los cartuchos los han gastado en la primera mitad del metraje con la boda de Susan, la presentación de cada uno de los monstruos –el mejor momento de la película, con una chica gritando cada vez que sale uno-, la toma de contacto por parte del presidente con el robot gigante o la escena de acción en San Francisco. En la segunda mitad se introduce con calzador la historia de Susan y su novio y la visita de sus nuevos amigos a casa de los padres de Susan. Estas escenas provocan un enorme bajón de ritmo en la historia que no se ve solapado por la aparición del malvado Galaxar, un villano sin ningún carisma y cuyas motivaciones para invadir la Tierra son absurdas. Eso sí, la película está aderezada con un buen puñado de referencias a clásicos de la ciencia ficción que van desde La criatura del lago hasta Marss Attack y que los más avezados cinéfilos se podrán entreteneraveriguándolos mientras ven la película.
Los personajes es otro de los puntos flacos del film puesto que, si bien la protagonista está bien caracterizada, el resto no pasan de ser meras comparsas para ella y están poco aprovechados en el guión. El Doctor Cucaracha (doblado en la versión original por Hugh Laurie) podría dar mucho más de sí pero se dedica a emitir risotadas de loco y a inventar cosas que terminan por no servir para nada, el Eslabón Perdido pretende ser el toque chulesco y lo único que termina causando es irritación e Insectosaurus está totalmente desaprovechado y realmente no hace nada hasta el final del film –y lo que hace es totalmente predecible-. Sólo B.O.B. es realmente carismático y proporciona una buena cantidad de carcajadas en el espectador aunque no pueda evitar cierta sensación de deja vú al verle.
Llegamos al que sin duda es el punto fuerte de la película, la animación en 3D –y con 3D me refiero al hecho de que la película haya que verla con gafitas-. Al principio es impresionante como las cosas salen de la pantalla, como parece que todo lo estás mirando a través de una ventana y que si la rompieses podrías meterte dentro del film pero luego te acostumbras. No quiero decir que esta tecnología me haya defraudado, simplemente que me esperaba más espectacularidad, más objetos volando hacia el espectador pero, en cambio, me encuentro con una profundidad de campo asombrosa. Las cosas están lejos y cerca y, sobretodo en las dos o tres secuencias de acción es una gozada ver como los personajes se lanzan cosas y se persiguen destrozando su entorno de una manera totalmente inmersiva para el espectador. Viendo un film como éste uno no puede más que babear al pensar en lo que podrá ofrecernos James Cameron con Avatar. Probablemente la razón de ser de esta película es que sea vista en 3D y sin las gafitas, con toda seguridad, no pasaría de ser un entretenimiento mediocre para críos.
Sin duda Monstruos contra Alienígenas será recordada más por ser la primera película pensada desde su creación como film en tres dimensiones que por la película en sí. De todos modos no deja de ser un entretenimiento digno para ver con los más pequeños y una experiencia impactante para aquellos que puedan asistir a una sala en 3D.
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