martes, 10 de febrero de 2009

Valkiria


Tras un ataque en el frente africano en el que queda gravemente herido, perdiendo una mano, dos dedos y un ojo, el coronel Claus Von Stauffenberg empezará a odiar aún con más saña al régimen nazi. A su vuelta a Alemania contactará con un grupo de oficiales que están dispuestos a asesinar a Hitler y dar un golpe de estado mediante el ejército de reserva gracias a un plan que ideó el propio Hitler en caso de que falleciese, la operación Valkiria.

Un argumento de lo más interesante, basado en hechos reales es el pilar de este film hecho a mayor gloria de Tom Cruise. La historia está bien llevada y no llega a hacerse pesada en ningún momento. Las escenas de diálogos se suceden durante las dos horas de metraje con poca acción y ya es un mérito que en Hollywood no hayan metido con calzador algún que otro tiroteo entre medias para hacer la cosa más impactante –aunque el ataque aéreo del principio en el que Stauffenberg resulta malherido es ciertamente impactante-. El rigor histórico es bastante fuerte, lo que puede darle un aspecto algo frío al film pero a su vez le aporta seriedad y trascendencia. Volviendo al tema de la historia, el hecho de que se trate de una conspiración, que se enclave en la segunda guerra mundial y que sus protagonistas sean los propios nazis intentando acabar con Hitler ya es suficiente para captar el interés del espectador, pero tiene más merito aún sabiendo que la gente conoce cómo acabó la operación Valkiria y, aún así, se consigue un alto nivel de suspense en buena parte del film que te llega a dar esperanzas de que la operación Valkiria puede salir bien.

Pero el film tiene un gran lastre y es el personaje del coronel Claus Von Stauffenberg. Casi toda la película gira alrededor de su figura y uno llega a tener la sensación de que es casi el único que está moviendo los hilos para que buena parte de los altos mandatarios nazis apoyen la operación Valkiria. El hecho de que se centre en su figura convierte lo que podría haber sido un minucioso estudio coral sobre los principales implicados en la trama en un film plano. Se debería haber ahondado en cada uno de los implicados, en sus motivaciones ideológicas y no centrarse en un personaje que en la película parece que organiza el plan sólo por venganza por haber perdido la mano y el ojo.

En cuanto al reparto actoral, raya a un nivel envidiable hoy día aunque falla precisamente en dónde menos debería, en su protagonista. Tom Cruise no logra que empaticemos con él, que sintamos lo que el siente, simplemente logra caernos simpático porque interpreta a un nazi bueno. El resto del reparto está compuesto por Bill Nighy –en una interpretación memorable- , Eddie Izzard, Kenneth Branagh –que desaparece al principio del film de forma súbita, pero aún así su presencia siempre es de agradecer-, Stephen Fry, Thomas Kretschmann –en un papel que le viene como anillo al dedo, pues este actor parece haberse especializado en interpretar nazis-, Tom Wilkinson y Terence Stamp -ambos soberbios-. Resaltar que me parece desaprovechado el papel de Carice Van Houten haciendo de la esposa del coronel Stauffenberg, ésta excepcional actriz sólo aparece en dos momentos, cuando Stauffenberg llega malherido de la guerra y otro en el que se intuye que está embarazada, pudíendo haber sido un gran apoyo con el que dar mayor empaque emocional a la cinta.

En fin, una película digna de verse en cine aunque se queda corta respecto a lo que pudiese haber sido si se hubiese tratado de una manera mucho más profunda y con más metraje.

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