lunes, 9 de febrero de 2009

Eduardo Manostijeras

Título: Eduardo Manostijeras (Edward Scissorhands)
Director: Tim Burton
Año: 1990 (USA)
Intérpretes: Johnny Depp, Winona Ryder, Diane Wiest, Alan Arkin y Vincent Price.

Sinopsis
Una vendedora a domicilio encuentra en un viejo caserón abandonado a un extraño joven que tiene tijeras en vez de manos. Lo acoge en su casa trastornando la vida de todo el vecindario.


Crítica
Emocionante historia acerca de un personaje que es distinto al resto. Un puzle que incluye referencias a clásicos como La Bella y la Bestia, Frankenstein o el film sobre los monstruos de circo La Parada de los Monstruos (Tod Browning, 1932). La película es sencillamente un cuento de esos que cuentan las abuelas a sus nietos antes de dormir (como bien muestra el encantador prólogo de la cinta), una historia mágica acerca de un chico diferente en un mundo de locos. El intento de adaptarse a una sociedad de alguien que ha nacido fuera de ella, provocando curiosidad y expectación acerca de su persona al principio y siendo rechazado más tarde. Se puede ver claramente una denuncia contra la falsedad imperante en la sociedad de nuestros días, donde de repente algo que adoramos se convierte, por boca de otros, en algo que tenemos que temer. Una historia simple en apariencia, pero con tantas lecturas como pueden tener cualquiera de los clásicos antes citados.
Johnny Depp compone un protagonista memorable. Interpreta a un Eduardo Manostijeras callado, sincero y amable, que es, en definitiva, una persona dulce que aún no ha sido corrompida por la sociedad. Se enamora del personaje de Winona Ryder, pero lo hace como cuando los niños chicos se enamoran. Depp consigue con esta interpretación que rápidamente cojamos cariño al personaje y, es más, difícilmente conseguiremos olvidarnos de él. Por otro lado, Winona Ryder interpreta al interés amoroso de Eduardo en un papel bastante sencillo. Con ser una chica popular de instituto con novio atractivo pero chulo, y sentir algo de pena y compasión por el protagonista ya le basta, y cumple con la tarea. Diane Wiest y Alan Arkin interpretan al matrimonio que acoge en su casa a Eduardo. Diane es realmente creíble en su papel de una madre ignorada por el resto de sus vecinas que ve en Eduardo la posibilidad de acercarse un poco más a ellas, pero sin dejar de lado el hecho de que lo aprecia realmente. Alan Arkin crea a un padre de familia bastante despreocupado y que queda en un segundo plano frente a la hija y la madre. También es destacable la labor interpretativa de todas las actrices secundarias que conforman el nutrido grupo de vecinas tan superficiales. Pero sin duda, la interpretación más memorable tras la de Johnny Depp, es la de un Vincent Price ya anciano en su último papel. El que fuera el abominable doctor Phibes, nos lega una última interpretación para la eternidad. Su figura en el papel como inventor que crea a Eduardo inunda la pantalla y consigue que con unos pocos minutos en pantalla, y menos palabras aún, sintamos aprecio por su personaje.
En cuanto a la dirección es precisa, de un ritmo ajustado, con un montaje a la altura. Tim Burton abandona en esta película las florituras de su anterior film (Batman) para dotar a la película de un clasicismo que aumenta esa aura mágica que tiene, permitiéndose además un homenaje a Frankenstein en una de sus escenas. Respecto a la fotografía, es interesante observar el contraste entre la luz oscura y los decorados tenebrosos del castillo con el colorido y la luz brillante de la urbanización (constante que se mantiene en la mayor parte de la filmografía de Tim Burton). La mágica música de Danny Elfman ayuda a resaltar lo mágico de la historia de manera sobresaliente con un tema principal que quedará en la memoria al igual que el de Bitelchus o Batman.
Un film magnífico que permanecerá en la memoria de cualquier espectador que se acerque a él. Seguramente el film más personal de toda la filmografía de Tim Burton, junto a Pesadilla antes de Navidad.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Veo que vas cogiendo carrerilla; publicando artículos a dos y a tres bandas :P

Me gusta mucho ésta película, es, como dices, un cuento. Sin embargo, me quedo con Ed Wood como 'película más personal'. Si te fijas, la peli no es sino una autobiografía donde se usa la vida de otro como excusa.

Te veo bien, ¡tus lectores exigen letras!