El ganador de un Oscar a la mejor película de habla no inglesa por En tierra de nadie, Danis Tanovic, vuelve a traernos una historia en la que la guerra está presente.
1988, Mark y David, dos reporteros se encuentran en la peor época del conflicto kurdo-iraquí. Allí ven una escena que puede helar la sangre de cualquiera, un médico reparte papeles de color azul o amarillos a los heridos que les van llegando. Aquellos que reciben el papel amarillo pueden salvarse, pero el destino de aquellos que reciben el papel azul es morir de un balazo disparado por su propio médico. David no soporta seguir así, le espera su mujer embarazada y decide regresar a casa. Por su parte, Mark se queda allí. Más tarde, Mark aparecerá malherido en la consulta del médico.
Un argumento idóneo para emocionar a la platea, con multitud de ingredientes que podrían llenar de grandes momentos la gran pantalla, y de hecho la llena en más de una ocasión -sobre todo al principio de la película-. El problema de su guión radica en su segunda mitad, cuando Mark vuelve a casa y se trata de descubrir gracias psicólogo qué ocurrió exactamente en Iraq. La película comienza con un crescendo perfectamente llevado, mostrándonos imágenes durísimas y agobiantes que calan en el espectador –todo lo relacionado con el hospital de campaña es estremecedor-; pero naufraga cuando entra en terrenos personales, cuando la película muestra a Mark fuera de un entorno bélico. Además, me gustaría resaltar la crítica gratuita al régimen franquista –que no es que lo defienda, solo es que me parece que está metida con calzador en la película- para asegurarse la subvención estatal del gobierno español –no olvidemos que Triage es una coproducción entre España, Francia, Bélgica e Irlanda-.
Colin Farrell hace un trabajo más que notable interpretando al traumatizado Mark, un papel para el que perdió un buen número de kilos. Pero sería injusto no decir que Colin Farrell se encuentra estupendamente apoyado por unos excelentes Jamie Silves (David), Branco Djuric (el doctor) y, sobretodo, un enorme Christopher Lee como el psicólogo Jaime Morales y que, con su sola presencia, llena la pantalla. Lástima que el papel de nuestra Paz Vega no sea más jugoso puesto que interpreta precisamente a una española, la esposa de Mark, y no nos permite comprobar cómo se desenvolvería hablando un inglés sin acento alguno. Aún así, todo el elenco actoral raya con una altura más que notable en esta película.
Danis Tanovic ha dirigido esta película de dos formas totalmente diferente. Primero rueda la parte del conflicto con una energía vibrante que llega al espectador y consigue sumergirlo junto a los personajes en la historia. Pero cuando la historia se desenvuelve en un territorio urbano, parece que la cámara se ponga en modo automático sin dejar nada reseñable en cuanto a dirección.
Triage no deja de ser un producto interesante, superior a la mayoría de títulos que se pueden encontrar ahora mismo en las pantallas. Sin duda, una digna elección la que han tomado los dirigentes del Festival Europeo de Cine de Sevilla eligiendo esta película en la inauguración del mismo.
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