Tras diez películas y cinco series de Tv (sin contar con la serie de animación), la saga Star Trek ha decidido renovarse partiendo desde cero al igual que ya hiciera Batman. El responsable de Perdidos, J.J. Abrams, es quien ha llevado a cabo éste lavado de cara al capitán Kirk, Spock y compañía.
James T. Kirk es un joven rebelde que ha crecido sin una figura paterna y que ansía pertenecer a la Flota Estelar. Dotes no le faltan, pero su irreverente e insolente carácter le granjearan más de un problema. Finalmente, gracias a la ayuda del Doctor “Bones” McCoy, consigue acceder a la nave Enterprise, capitaneada por el Capitán Pike, dónde también conocerá al vulcaniano Spock y al resto de la tripulación. Su primera misión es detener a una gigantesca nave romulana cuyo objetivo es la destrucción total del planeta Vulcano. Pero la misión resulta fallida, Vulcano es destruido, el capitán Pike secuestrado y ahora la nave romulana se dirige hacia la Tierra. El capitán Kirk deberá hacerse con el mando de la Enterprise y tratar de evitar la catástrofe.
Sin duda el guión es lo bastante sencillo para asegurar un par de horas de entretenimiento por poco que el director que esté a cargo de proyecto tenga un cierto sentido del ritmo. En este caso J.J. Abrams consigue que la historia fluya de manera coherente sin que ningún espectador se pierda por el camino. Con un comienzo emblemático, cargado de tensión y emoción en el que se nos cuenta cómo el padre de Kirk da su vida para salvar al resto de la tripulación (incluyendo a su esposa, a punto de dar a luz a Kirk). Sin duda, un momento magistral dónde todo funciona a la perfección. Lástima, que lo que siga sean un puñado de escenas típicas y tópicas en las que se nos presenta a Kirk como al estereotipado chico rebelde al que nada le importa en esta vida. Por suerte la cosa empieza a enmendarse tan pronto como éste ingresa en la flota estelar. Por otro lado, Spock es presentado mediante otro flashback en el que se nos muestra su infancia, marginado por el hecho de ser mitad vulcaniano mitad humano, en el que también todo queda demasiado típico. Pero, afortunadamente, una vez despega la nave Enterprise, la aventura, el humor y algún toque amoroso inesperado se hacen los amos de la función haciendo que el espectador disfrute como un crio chico delante de la gran pantalla.
Las interpretaciones son excelentes para un film de este tipo, destacando sobretodo las del dúo protagonista con un Chris Pine haciendo de Kirk que a la media hora de proyección consigue el toque canalla idóneo para el papel. Pero en este apartado quien sobresale es Zachary Quinto, el Sylar de la serie Héroes clava a un Spock que sin hacer apenas ninguna expresión consigue decir mucho más que el Jim Carrey más desenfrenado con sus cientos de muecas. El resto del reparto está más que correcto, aunque la interpretación de Simon Pegg como Scooty pueda parecer un tanto hilarante en un principio.
La dirección de J.J. Abrams es clara y elegante y consigue aportar emoción a las batallas interestelares con ese uso del zoom rápido, que tanto había sido usado anteriormente en series como Battlestar Galáctica o Firefly. Además, el montaje es claro y nada falta ni sobra –a excepción de esa escena inicial absurda en la que un joven Kirk arroja un coche por el cañón del colorado- sin cortes rápidos a lo Michael Bay.
En resumen, desconozco las series o películas precedentes –aunque vi la primera de ellas hace tiempo y me pareció bastante coñazo con tanto V’ger y la mujer calva dando vueltas por la nave- pero pienso que hay que acercarse a este Star Trek como a un producto nuevo, sin precedentes. Dice el propio director en las entrevistas que he leído, que ha acercado a la saga de Star Trek el espíritu de la Guerra de las Galaxias. Yo pienso que este Star Trek, ha sabido diferenciarse lo suficiente de la saga de George Lucas ofreciendo un producto más maduro –por lo menos más maduro que las tres últimas películas de la saga Star Wars, que si bien eran entretenidas y estaban bien realizadas, destilaban un infantilismo enorme que llegaba a irritar en más de una ocasión-. En fin, un película totalmente recomendable para ver en cines, despojándose de todos los prejuicios que uno pueda tener acerca de la saga.
James T. Kirk es un joven rebelde que ha crecido sin una figura paterna y que ansía pertenecer a la Flota Estelar. Dotes no le faltan, pero su irreverente e insolente carácter le granjearan más de un problema. Finalmente, gracias a la ayuda del Doctor “Bones” McCoy, consigue acceder a la nave Enterprise, capitaneada por el Capitán Pike, dónde también conocerá al vulcaniano Spock y al resto de la tripulación. Su primera misión es detener a una gigantesca nave romulana cuyo objetivo es la destrucción total del planeta Vulcano. Pero la misión resulta fallida, Vulcano es destruido, el capitán Pike secuestrado y ahora la nave romulana se dirige hacia la Tierra. El capitán Kirk deberá hacerse con el mando de la Enterprise y tratar de evitar la catástrofe.
Sin duda el guión es lo bastante sencillo para asegurar un par de horas de entretenimiento por poco que el director que esté a cargo de proyecto tenga un cierto sentido del ritmo. En este caso J.J. Abrams consigue que la historia fluya de manera coherente sin que ningún espectador se pierda por el camino. Con un comienzo emblemático, cargado de tensión y emoción en el que se nos cuenta cómo el padre de Kirk da su vida para salvar al resto de la tripulación (incluyendo a su esposa, a punto de dar a luz a Kirk). Sin duda, un momento magistral dónde todo funciona a la perfección. Lástima, que lo que siga sean un puñado de escenas típicas y tópicas en las que se nos presenta a Kirk como al estereotipado chico rebelde al que nada le importa en esta vida. Por suerte la cosa empieza a enmendarse tan pronto como éste ingresa en la flota estelar. Por otro lado, Spock es presentado mediante otro flashback en el que se nos muestra su infancia, marginado por el hecho de ser mitad vulcaniano mitad humano, en el que también todo queda demasiado típico. Pero, afortunadamente, una vez despega la nave Enterprise, la aventura, el humor y algún toque amoroso inesperado se hacen los amos de la función haciendo que el espectador disfrute como un crio chico delante de la gran pantalla.
Las interpretaciones son excelentes para un film de este tipo, destacando sobretodo las del dúo protagonista con un Chris Pine haciendo de Kirk que a la media hora de proyección consigue el toque canalla idóneo para el papel. Pero en este apartado quien sobresale es Zachary Quinto, el Sylar de la serie Héroes clava a un Spock que sin hacer apenas ninguna expresión consigue decir mucho más que el Jim Carrey más desenfrenado con sus cientos de muecas. El resto del reparto está más que correcto, aunque la interpretación de Simon Pegg como Scooty pueda parecer un tanto hilarante en un principio.
La dirección de J.J. Abrams es clara y elegante y consigue aportar emoción a las batallas interestelares con ese uso del zoom rápido, que tanto había sido usado anteriormente en series como Battlestar Galáctica o Firefly. Además, el montaje es claro y nada falta ni sobra –a excepción de esa escena inicial absurda en la que un joven Kirk arroja un coche por el cañón del colorado- sin cortes rápidos a lo Michael Bay.
En resumen, desconozco las series o películas precedentes –aunque vi la primera de ellas hace tiempo y me pareció bastante coñazo con tanto V’ger y la mujer calva dando vueltas por la nave- pero pienso que hay que acercarse a este Star Trek como a un producto nuevo, sin precedentes. Dice el propio director en las entrevistas que he leído, que ha acercado a la saga de Star Trek el espíritu de la Guerra de las Galaxias. Yo pienso que este Star Trek, ha sabido diferenciarse lo suficiente de la saga de George Lucas ofreciendo un producto más maduro –por lo menos más maduro que las tres últimas películas de la saga Star Wars, que si bien eran entretenidas y estaban bien realizadas, destilaban un infantilismo enorme que llegaba a irritar en más de una ocasión-. En fin, un película totalmente recomendable para ver en cines, despojándose de todos los prejuicios que uno pueda tener acerca de la saga.
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