miércoles, 13 de mayo de 2009

Dragonball Evolution




Tras un año recibiendo imágenes y videos en los que cada vez el film de James Wong parecía adquirir peor pinta, por fin nos llega a las pantallas Dragonball: Evolution. ¿Es en realidad el fracaso cinematográfico que se esperaba? Si, pero si se hace un esfuerzo por olvidar todo el rico material original del que parte uno puede encontrar una película entretenidilla aunque excesivamente infantil.

Goku es un joven de 18 años al que su abuelo Gohan le ha regalado una de las siete bolas de dragón que, si las reunes, invocarán al milenario dragón Shenlong que otorgará un deseo a aquel que lo invoque con las siete bolas en su poder. Pero el malvado Piccolo hará acto de presencia con la intención de reunir las siete bolas y destruir la Tierra con ellas. ¿Podrá Goku evitarlo? Para ello contará con la ayuda del maestro Roshi -que completará su entrenamiento después de que Gohan muriese tras ser atacado por Piccolo, que iba en busca de la bola mágica que ahora está en manos de Goku-, Bulma -una chica guerrera que busca la bola de dragón que ha sido robada a su padre-, Chi Chi -el amor de Goku y una experta luchadora- y Yamcha -un ladronzuelo de buen corazón que solo ansía el dinero y la fama-.

En fin, no hace falta que aclare que éste Dragonball dista mucho de aquella mítica serie que veía en el club megatriz por las mañanas. Si bien, el argumento puede guardar algún parecido, en su desarrollo y los personajes la cosa se distancia enormemente. La historia más simple no puede ser, narrando la historia del típico chico que se enfrenta a su destino a base de voluntad y las enseñanzas de un maestro. Una historia vista mil veces en películas como Karate Kid. Pero si bien a un producto como este no se le puede exigir una historia sesuda y compleja, tampoco se puede permitir lo excesivamente mascada y simple que resulta. Todo esta explicado, todo se dice, todo se repite, como si al espectador se le fuese a escapar algo.

Los personajes resultan planos y esquemáticos a más no poder. Goku no es más que el pobre pardillo que no deja de serlo por mucho que se esfuerce en impresionar con sus poderes y dotes marciales a lo largo de la película – Justin Chawtin no tiene carisma alguno y uno no puede evitar seguir viendo al estúpido hijo de Tom Cruise en La Guerra de los Mundos-. Bulma hace de chica sexy y bien armada y con un puntito de mala tocando todos los estereotipos del “mira que buena estoy, mira que arma tengo, puedo partirte la cara si me da la gana y si no estas bueno ni me mires”. Piccolo resulta un villano ridículo puesto lo único que hace es aparecer, destruir y volver a aparecer en otro lado. No hay ningún desarrollo de este personaje. Yamcha es como Bulma pero en chico, por eso se terminan liando en la película –cosa que está cantada desde la primera vez que aparece- y Muten Roshi parece que se haya metido tres rayas de maría antes de cada escena. Aún así, la interpretación de un Chow Yun-Fat totalmente desmadrado no deja de ser lo mejor del film. Es triste.

La dirección no tiene nada que resaltar puesto que es equiparable a la de un episodio de Xena. Como no había mucho presupuesto, las escenas de acción no son demasiadas en la trama, pero al menos las que hay no resultan tan sonrojantes como el resto del film. Como también este dura solamente unos míseros 80 minutos (con créditos) no llega a resultar aburrido.

En fin, si ves esta película como un fan de Dragonball no podrás evitar indignarte enormemente por los enormes cambios sufridos y por lo mal que se refleja el espíritu de la serie tanto en los personajes, como en las situaciones como en la ambientación. Pero si tratas de olvidarte de la serie, puedes encontrar un film de esos tontos con los que echar unas risas a costa de él durante 80 minutos.

2 comentarios:

Juan Blanco dijo...

No creo que llegue a verla jamás. Pero me he partido con esta frase: "Muten Roshi parece que se haya metido tres rayas de maría antes de cada escena". Hilarante. Como si se hubiera bebido tres copas de caballo.

xD

Anónimo dijo...

Ya lo hablamos el otro día, y me reafirmo en mi opinión. No creo que jamás vea este experimento con gaseosa que nos venden desde Hollywood. Quizá algún caiga la breva y apueste por horrorizarme con el fin de saber cuánto se puede llegar a descojonar una serie tan mítica como Dragon Ball. Espero que el futuro estreno de Masters del Universo sí sea de mayor calidad, hablando de adaptaciones.
Pues eso, que no me interesa nada esta película. Sí tu opinión, por supuesto.
Un abrazo.