Linterna Verde
Thundercats
El director de El Perfume, Tom Tykwer, cambia radicalmente de registro y nos trae un thriller conspiranoico protagonizado por un excepcional Clive Owen haciendo de agente de la Interpol enfrentado a la corrupción de un gigantesco banco. Un argumento ideal para los tiempos de crisis que corren.
El agente de la Interpol J.D. Salinger pretende llevar ante la justicia a los responsables del banco IBBC tras descubrir los oscuros chanchullos que se traen entre manos apoyando golpes de Estado y promoviendo la compra y venta de armas con el fin de lucrarse. Pero a Salinger no le será nada fácil enfrentarse contra una megaempresa que extiende sus tentáculos por todas partes y las cosas empezarán a complicarse cuando aquellos que saben algo y están dispuestos a facilitarles las cosas a Salinger empiezan a morir.
Un guión atractivo es la principal baza de este film que engancha desde el principio pero del que tienes que estar pendiente a sus diálogos continuamente para poder seguir la trama sin que te queden lagunas. Al igual que en otra excelente película que he visto recientemente, La Sombra del Poder, la trama avanza según las investigaciones de un tipo que va descubriendo como la corrupción del caso que se trae entre manos es cada vez más grande y poderosa. En esta ocasión The International desgrana los aspectos más oscuros de un gran banco a nivel mundial que está dispuesto a cualquier cosa por sacar adelante acuerdos de dudoso calibre pero que le reporten sustanciosos beneficios y ese devenir de la trama nos llevará por numerosos rincones alrededor del mundo y veremos numerosas reuniones dónde los jefazos discutirán sobre las acciones a tomar con el molesto agente de la Interpol interpretado por Clive Owen y con todo aquello que pueda incomodarles. Puede parecer un guion bastante complejo, pero a poco que se le preste atención a los numerosos diálogos la historia te atrapará si te interesa el tema. Quienes vayan a ver una historia con numerosos asesinatos, persecuciones y tiroteos que vayan a ver A todo Gas 4 pues aquí todo se desarrolla antes de pasar a la acción y esta es escasa. Ahí puede ser dónde radica uno de los posibles –según se mire- puntos débiles del film. Si no te interesa el tema o le pierdes el hilo a la película, ésta puede caerte en la rutina de gente dialogando sobre cosas de las cuales no te has enterado. Eso sí, todo con mucha elegancia y un aura de conspiración y corrupción enorme.
Clive Owen lleva sobre sus espaldas el peso de toda la película y encarna de forma memorable a ese hombre solitario que se enfrenta a un enemigo muchísimo mayor que él. Pero Owen está arropado por un excelente plantel de secundarios entre los que destaca un magistral Armin Mueller Stahl como consejero del mencionado banco. Para terminar decir que, si bien la interpretación de Naomi Watts no es lo horrenda que he leído en algunos medios, sí decir que su personaje es totalmente prescindible en la trama y solo está ahí para acompañar a Clive Owen en alguna de sus expediciones.
No quiero acabar esta crítica sin mencionar la elegante dirección de Tykwer que se recrudece enormemente en la impactante escena de tiroteo en el museo Gughenheim de Nueva York, que pone a uno los pelos de punta con la verosimilitud de la misma –aunque haya algún que otro momento en que no se sabe que ha pasado con uno de los compañeros de Salinger-. Aún así se hecha en falta algo más de energía en algún que otro momento del film para conseguir que tanto diálogo no aburra al espectador más dejado.
En resúmen, un buena película digna de verse en cines que pone de relieve la capacidad de los bancos de controlarlo todo y los niveles de corrupción a los que pueden llegar.
Por fin nos llega la tan esperado película en solitario de Lobezno tres años después de que le viésemos por última vez en la tercera entrega de X-Men. Un despliegue de efectos especiales al servicio de una historia –o puede que quizá sea al revés- que narra cómo el mutante más conocido de todos llegó a ser lo que es.
Antes de nada me gustaría dejar claro que voy a intentar valorar a esta película como tal sin tener en cuenta su fidelidad con el cómic Arma X, en el que supuestamente está basada en gran parte, ni con la trilogía de X-Men. Trataré a X-Men Orígenes: Lobezno como una película totalmente independiente del universo mutante.
James Logan y Víctor Creed descubren que son hermanos tras un grave altercado familiar que acaba en tragedia, a partir de ahí se enrolarán en el ejército y vivirán numerosas batallas que terminarán por animalizar al segundo de ellos, transformándole en Dientes de Sable. Cuando Lobezno no aguanta más barbarie, abandona su escuadrón de mutantes durante la guerra de Vietnam e intenta iniciar una nueva vida, pero siete años después Dientes de Sable, que se sintió traicionado tras su abandono en la guerra, volverá a por él, llevándose por el camino la vida de su amada Kayla Silverfox. Logan se convertirá, gracias a un experimento del coronel William Stryker en el que cubren toda su estructura ósea de adamantium (el metal más indestructible del mundo), en Lobezno y clamará venganza.
Sin duda en punto más débil de esta película es su predecible y cansino guión. Una pena puesto que la historia de dos mutantes que viven la guerra de secesión, la primera y segunda guerras mundiales y la guerra de Vietnam y cómo éstas les deshumanizan hasta convertirlos en enemigos mortales daba para mucho más. Pero el guión quema todos esos cartuchos en apenas diez minutos de proyección gracias a unos títulos de crédito que resumen las acciones de los mutantes en los conflictos antes mencionados –y que podrían haber sido lo mejor de la película si no fuese por los torpes desenfoques e imágenes congeladas en los que se detenía cada vez que surgía un nombre en la pantalla-. A partir de ahí la película intenta conseguir a duras penas mantener el interés por lo que pasa en pantalla una vez que el espectador avispado sabe lo que va a suceder en casi todo momento. Y es que –sin destripar nada que no se pueda uno imaginar desde un principio- una historia de venganza en la que el protagonista es engañado y nadie es realmente quien dice ser es algo que está ya más que visto y encima aquí nos es presentado de una forma bastante insulsa y evidente. A eso podemos unirle la también típica facción del ejército dedicada a cazar y experimentar con mutantes que también perseguirá a Lobezno. Sin duda el gran fallo del guión es intentar abarcar de una forma profunda más de lo que puede y nos deja un buen puñado de escenas sueltas antes que una película con una historia cohesionada.
Hugh Jackman repite con el papel de Lobezno y hace lo que puede. Si bien tiene la suerte de que el público ya conoce bastante bien al personaje en ésta película se le presenta tanto a él como a Dientes de Sable de una manera bastante torpe y fugaz con un prólogo en el que tras descubrir James sus poderes y acabar con la vida del padre de Víctor, que a su vez se había cargado al padre de James, huyen juntos. Luego los ya mencionados títulos de crédito resumen todo su periplo belicoso hasta encontrarse después de estos con que Dientes de Sable es un salvaje sanguinario y Lobezno otro salvaje aunque con algo más de conciencia. Jackman se dedica a pasearse con malas pulgas por la pantalla de principio a fin, resultando bastante menos carismático que su encarnación de Lobezno en la trilogía de X-Men. Victor Creed/ Dientes de Sable está interpretado de manera convincente por Liev Schreiver que también intenta levantar y dotar de profundidad un personaje que parece no pensar en otra cosa que en acabar con Lobezno y brincar por la pantalla dando gruñiditos. Dany Huston encarna a William Stryker, el Coronel del ejército encargado de cazar mutantes y experimentar con ellos –aunque sus intenciones son otras, y aquellos que recuerden la segunda entrega de X-Men saben bien de lo que hablo- de un modo que sólo puedo calificar como estándar puesto que no hay nada que resaltar ni criticar en su actuación. Por lo demás se pueden ver como secundarios las caras conocidas de la serie Perdidos de Dominic Monaghan y Kevin Durand así como una totalmente prescindible presencia de uno de los mutantes más queridos, Gambito. La aparición de Gambito, interpretado por Taylor Kitsch, es lamentable y resulta ser un niñato repelente y creído que sólo intenta quedar guay dentro de la trama haciendo sus piruetitas sin sentido en los pocos minutos que aparece en pantalla.
La dirección es bastante normalita sin ningún alarde visual aunque repite varias veces el plano de Lobezno mirando a cámara enfurecido en un plano picado. Pero lo que realmente termina importando en un producto de acción como éste es si las escenas de acción y los efectos especiales convencen y la respuesta es más o menos. En cuanto a la acción, las escenas van desde lo espectacular y original –la lucha final en lo alto de la chimenea de un reactor atómico o la persecución del helicóptero- hasta lo repetitivo y caótico –las luchas entre Lobezno y Dientes de Sable, muy oscuras y con una cámara demasiado inquieta-. Los efectos especiales rayan a una altura esperable en un producto como este y es una delicia ver como Dientes de Sable brinca con una agilidad increíble o como Lobezno se engancha en lo alto de un helicóptero.
En fin, un film esperado que decepciona en gran medida sobre todo por todo lo que se esperaba de él y el potencial que ofrece la figura de Lobezno. Con todo, la película es entretenida y una opción a tener en cuenta si lo único que se quiere es ver efectos especiales y peleas durante poco más de hora y media.