lunes, 1 de septiembre de 2008

Futurama: La Bestia con un millón de espaldas

Segunda de las películas que la Fox ha lanzado para comprobar la viabilidad de continuar realizando temporadas de la afamada serie de animación.

Tras la cancelación de la serie y las quejas de numerosos fans, los productores de la Fox se vieron obligados a realizar cuatro películas de Futurama para evaluar la viabilidad de una nueva temporada. La bestia con un millón de espaldas es la segunda de ellas tras El gran golpe de Bender, que gozó de un gran éxito en ventas.
La historia arranca justo en el momento en el que acabó el anterior film. Tras producirse una brecha en el espacio que comunica nuestro universo con otro paralelo, se introducirá por él una criatura con millones de tentáculos que intentará hacerse con el control de todos los humanos. Una historia quizás algo más trillada y menos vista que la anterior. El juego temporal del que hacía gala El gran golpe de Bender, deja paso a una historia totalmente lineal que quedaría perfecta en un capítulo de 22 minutos pero se estira en demasía hasta alcanzar la hora y media de película. Si el mencionado caos temporal conseguía salvar la anterior película del aburrimiento, en ésta hay momentos de auténtico bostezo, sobretodo en la parte central del film. Con un comienzo hilarante, en la línea de cualquier capítulo, la trama se agota a la media hora de proyección para recuperar la brillantez hacia el último cuarto de hora de la cinta. La historia del monstruo que da título a la película consigue convertir a la película en una parodia de La invasión de los ladrones de cuerpo carente de la garra habitual en la serie, mientras que, sorprendentemente, la historia que gira alrededor del mejor personaje del universo de Futurama, Bender, es lo peor de todo el film. Bender se hace miembro de la liga robot, que odia a los humanos y elucubran sobre cómo torturarlos, como sería el mundo sin ellos… En definitiva un argumento demasiado trillado en la serie y que hace que el personaje de Bender sea en exceso repetitivo. Eso sí, la película gana enteros conforme se acerca su absurdo final. Absurdo en el buen sentido, pues te hace devolver la confianza en que la serie puede volver a la calidad de sus temporadas televisivas.
Los gags van desde lo ya visto (el presidente Nixon), a lo excepcional (atentos al encuentro de Bender con su hijo, uno de los mejores momentos de Bender en su historia). Lástima que estén mal repartidos en la historia, aglutinándose al principio y al final de la misma y que alguno de ellos puedan molestar a aquellos que tengan mucha simpatía con cierto extraterrestre llamado Kiff. Aún así, en este apartado, la película raya a gran altura aunque se echa de menos la aparición de más personajes del mundo Futurama como Hipno-sapo o la cabeza de algún famoso más que no sea el tan socorrido Richard Nixon.
La animación raya a gran altura, combinando el 2D y el 3D, al igual que sucedía en su precuela y en la película de Los Simpsons. Las escenas de acción en las que se pueden ver a cientos de naves o millones de tentáculos pecan a veces de cierta rigidez en los movimientos de las naves espaciales o el pobre detalle en algún plano en el que se ve Nueva Nueva York cubierto por los tentáculos.
Todo el reparto de dobladores de la serie original repiten sus papeles tanto en la versión en inglés como en español. Por tanto, La bestia con un millón de espaldas es una digna continuación de la anterior que, aunque es sensiblemente inferior a ella, merece un visionado por todo aquel que se considere fan de Futurama. No decepcionará, pero se prefiere ver una nueva temporada de la serie antes que más películas. Por cierto, debido al éxito de las dos películas editadas ya, Fox ha dado luz verde a una nueva temporada de Futurama, aún así, aún están por llegar dos películas más.

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