viernes, 5 de diciembre de 2008

Outlander

Jim Caviezel aterriza en nuestras pantallas para traernos una historia de ciencia ficción con un argumento ciertamente llamativo, en plena época vikinga una nave extraterrestre se estrella en Noruega.

Antes de nada aclarar que para ver esta película hay que tener la mente abierta y entrar en el juego que propone. El argumento puede parecer un tanto absurdo visto en un primer momento –aunque, de hecho, ¿por qué no iban a poder llegar los extraterrestres a la tierra en otra época que no sea la actual?- y el presupuesto no daba para que el film alardease de medios técnicos. Pero si se aceptan esas premisas, el espectador se encontrará con un film entretenido y llevado de una forma digna.

En el siglo VI de nuestra era, un pastor vikingo ve como una bola de fuego surca los cielos de Noruega. La bola de fuego es la nave envuelta en llamas de un humano extraterrestre que se termina estrellando en mitad de un pequeño lago y que lleva consigo a un voraz huésped alienígena, el Morwind. El único humano que ha sobrevivido al accidente, Kainan., (Jim Caviezel) consigue integrarse en una tribu vikinga de los alrededores, que resulta estar en conflicto con otra tribu vecina. Pero las misteriosas muertes que se suceden a manos del alienígena y la aparición de Kainan turbarán la vida de los vikingos.

El argumento es simple y bastante previsible. Es como si al final de Alien, la Sigourney Weaver no se hubiese dado cuenta de que llevaba un Alien consigo hasta que la nave aterriza en la Tierra y en la época de los vikingos –por culpa de un agujero de gusano o cualquier otra excusa argumental similar-.Los personajes son presentados con rapidez y de forma bastante sencilla, quedando claro que para un producto de estas características no se necesita precisamente que se esmeren en ahondar en la personalidad de sus protagonistas. Pero quizá el mayor fallo que se le puede achacar en este sentido es no haber dotado de una mayor relevancia al carácter de humano extraterrestre al personaje de Jim Caviezel, Keinan. Su personaje podría ser perfectamente un héroe de la tribu, o un extranjero proveniente de otra región que se enfrentase a una criatura desconocida de origen extraterrestre y la película no cambiaría en absoluto –sólo los flashbacks que explican qué pasó con Keinan y el Morwind en el pasado-. El ritmo fluye de manera ligera tanto en el primer como en el último tercio de Outlander, resintiéndose en una parte media que consigue que lo que sucede en ella carezca de interés -y es que los 115 minutos del film son demasiados para una película de estas características. Recortándolo hasta los 85/90 minutos habría quedado como un filme de entretenimiento perfecto-. Por otra parte, los acontecimientos se vuelven un tanto previsibles, pudiéndose adivinar fácilmente quien va a morir en cada ataque o qué sucederá al final.

Las interpretaciones cumplen con lo esperado destacando especialmente a unos notables Jim Caviezel como Keinan y a un John Hurt (Los crímenes de Oxford) que consigue hacer suyo el papel de Rey vikingo. Por otra parte, el mítico Ron Perlman (Hellboy) consigue convencer como Gunnard, el jefe de la tribu enemiga, sobretodo gracias a su peculiar fisonomía (ideal para este papel). Desgraciadamente tanto Sophia Miles (Underworld) como Jack Huston (Cabeza de muerte) no convencen en sus roles de la chica que encandila al protagonista o del príncipe heredero que ve en el recién llegado Keinan a un rival y luego a un amigo.

En cuanto a los efectos especiales hay que tener en cuenta que el presupuesto de la película apenas sobrepasaba los 45 millones de dólares por lo que estos no es que estén precisamente a la vanguardia. Hablando de la criatura sólo se puede decir que el diseño es bastante original al incorporarle una luminiscencia parecida a la que poseen algunas especies marinas abisales o las mismas luciérnagas. Mientras sean escenas oscuras dónde sólo se vislumbre al Morwind tienen un pase, pero todas las escenas de día o aquellas en las que se le ve plenamente huelen a píxel en cada uno de sus fotogramas de una forma descarada. Por otro lado, la recreación de la época vikinga, sin ser excesivamente original, cumple al conseguir trasladarnos a aquel entonces sin problemas al igual que sucede con el vestuario y las armas.

En fin, un film que sin ser una maravilla puede servir para pasar una tarde entretenida pero que, de haber contado con un guión más medido y un presupuesto mayor para invertir en acción y efectos, seguro que se habría convertido en un gran taquillazo y una película de lo más recomendable.

1 comentario:

con.un.toque.de.limon dijo...

Buen artículo Samu, me han entrado ganas de verla y todo, a ver si me acerco un día por tu piso y te veo. Arabzo